Cap. 9

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La perplejidad de Soviet se mostraba en su mirar, parecía procesar lo que había  ocurrido hace unos instantes.

No después de unos segundos volvió en sí y frunció el ceño.

—¿Cómo me puedes gritar así? ¡¿Sabes quien soy yo?! —su voz se escuchó por toda la habitación, estaba enojado.

"Un idiota" pensó la chica de cabellera plateada.

Lamentablemente no podía decirlo en voz alta.

—Es el emperador de este imperio y uno de los gobernantes más notorios de este continente —responde Rastha con un toque de sarcasmo maquillado. Parecía evitar el hecho de que el emperador le alzaba la voz.

"Pero se divorcia de la emperatriz y su imperio se descuida debido a su depresión..." completó la frase en su mente.

Volteó a mirar al emperador, pero está vez su aura era frío, se inclinó ante él y abrió su boca para disculparse educadamente.

—Yo, Lady Rastha, imploro piedad.

Sovieshu sintió un hormigueo recorrer su espalda, ¿Cómo exactamente ella lo veía? No recordaba haberse mostrado tirano frente a ella. Ahora lo que la chica estaba haciendo era implorar piedad. Como si su vida dependiera de ello.

Rastha sonrió juguetonamente, no se notaba su alegría al molestarlo debido a que estaba dando una reverencia, además que su cabellera larga cubría su rostro.

No había forma de que ella regresara a su mundo, no tenía la certeza de que podría tener una vida cómoda en el cuerpo de la villana; no tenía dinero, debía depender de alguien; y por último, había sacado una mala calificación.

Se había desquitado con Soviet gritándolo, pero no era suficiente.

—Levántate —ordenó de mala gana Sovieshu. Parecía incómodo y por alguna razón molesto —¿Qué clase de persona crees que soy? No morirás sólo por alzarme la voz...

—¿De verdad? —respondió con curiosidad.

—Sí, el castigo más grande ante eso es ser confinada en la torre sin comer durante algunos días o más de lo debido...

La expresión de Rastha cambió al instante, ya había comido miserablemente en la finca del vizconde, ¡No comer sólo la mataría!

—El emperador es muy piadoso —dijo. Aunque para alguien normal eso sería un castigo leve, para ella no era así.

Si no comía, prefería morir.

—Sólo soy justo, eso es todo.

—Creo que el emperador debería ser más estricto, la muerte debería ser el castigo implementado para alguien insolente —sin miedo alguno Rastha respondió de una manera singular al emperador. Si no lograba hacerlo cambiar de opinión, al menos podría desestresarse molestándolo.

"¿Si no puedo maltratarlo entonces debería jugar con él?

—¿Qué? —Sovieshu no entendía mucho la actitud de ella. A pesar de tener un apariencia angelical, su actuar era algo extraña. Parecía tener dos personas en un solo cuerpo —Eso depende del gobernante —finalmente respondió ignorando el actuar de Rastha.

—Ya veo.

Rastha tomó la taza que se encontraba en la mesa, lo tomó mientras pensaba con qué más molestarlo. Sovieshu parecía pensativo mirando el postre que estaba frente a él, volteó a mirar a la chica de cabellera plateada y abrió sus labios, pero luego los cerró y miró a la ventana. Sus ojos no mostraban expresión alguna, pero tenía la sensación de que quería decir algo, repentinamente se levantó.

Reencarné en Rastha.Where stories live. Discover now