Cap. 6 Navier, la emperatriz.

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La protagonista de esta historia. Parte II

"¿Por que llevaría a una vagabunda a su oficina?"

Era algo inesperado lo que había dicho una de sus damas y conociendo a Sovieshu, él no llevaría a cualquier persona a su oficina si no fuera para algo importante; tenía muchas dudas acerca de esa mujer de belleza comparable a la de la duquesa Tuania.

***
—Escuché que traíste a una esclava... —comenzó la conversación.

Sovieshu se detuvo en cortar su carne cuando Navier mencionó a la mujer de la que hablaban todos en el palacio.

Ella respiró profundo y siguió sus palabras.

—¿Es eso cierto? —agregó la chica de cabellos dorados.

—¿Dónde escuchaste eso? —Sovieshu preguntó sin importancia. Solo se reunían dos veces por semana. Que ella hablara algo aparte de los negocios era algo que no hacía frecuentemente.

—No importa donde lo escuché, ¿Es eso cierto?

El silencio se apoderó del lugar. Sovieshu parecía estar pensando en que responder, se veía algo confundido por unos segundos pero rápidamente volvió a poner una cara seria.

—Sí, es una chica muy interesante.

Sus palabras eran sombrías, al notar el ambiente Sovieshu cambió de tema y volvieron a hablar de negocios y como planear el Año Nuevo.

***
Terminado el desayuno regresaron a sus horarios. Navier se recostó en el mueble de su habitación, pensando en lo que Sovieshu había dicho... "Es una chica muy interesante" las palabras que salieron de sus labios sonaron sombrías en el momento que lo dijo.

Sus damas se dieron cuenta de esto y con curiosidad se acercaron donde estaba recostada , una de ellas se armó de valor y nerviosa trató de llamarla.

—Emperatriz... ¿Que dijo el emperador?

—No. Yo solo... —titubeó. Ella no sabía si decirles directamente que la mujer que había traído el emperador era oficialmente su concubina. Aunque fuera normal esa situación y estaba preparada para eso, el que ella lo dijera era completamente diferente —no lo mencioné... —mintió.

Al ver su estado de ánimo trataron de reconfortarla, al convencerla les contó acerca de que era oficial de que la mujer que había traído el emperador era una concubina. Laura explotó de enojo, mientras que la condesa Eliza trató de calmarla y controlar la situación. Después de eso, gracias al consejo de la condesa, Navier pudo seguir con los deberes reales.

***
—¿El emperador trajo a una esclava?

—Sí, pero desde que la trajo no fué a su habitación en ningún momento.

—Es como si se hubiera olvidado que tenía una concubina.

—Pero llamó a un médico de la corte para tratar sus heridas, su majestad no haría eso con cualquiera, ¡Debe ser su concubina!

Navier salió a refrescar su mente del trabajo que tenía como emperatriz, además de tambien despejar sus pensamientos acerca de los comentarios sobre la aparición de una concubina. Pero no importaba que tan grandes fueran los jardines del palacio, aún se podían escuchar los chismes y rumores que se esparcían, si es cierto que el emperador no visitara frecuentemente a la mujer, era oficial que fuera su concubina.

"Sería bueno no encontrarme con ella frecuentemente" fue lo que pensó Navier. Trataría de evitar lo mejor posible a la amante de su esposo.

Pero no fue así.

Frente a ella se encontraba la chica que había traído su marido. Tenía una cabellera plateada y ojos oscuros, tal como decían los rumores.

Reencarné en Rastha.Where stories live. Discover now