Cap. 3 Mi destino

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Las lluvia era el único sonido que se escuchaba en aquella calle, no faltaba mucho para llegar a casa. Aquel hombre joven siguió sus pasos sin siquiera mirar a su hija.

La pequeña niña sólo seguía los pasos de su padre, hasta que miró una pequeña caja.

—Papi, quiero ese perro —dice la niña, sus ojos al fin mostraban afecto. Él nunca la había visto así.

Si no fuera ese día, tal vez hubiera dejado que su hija adoptara al cachorro.

—Debemos irnos —dijo y siguió caminando, pero su hija no siguió sus pasos.

—Padre, por favor —era la primera vez que su hija le pedía algo. Pero lo ignoró.

—Rilliane... —se acercó a ella y se agachó, tocó sus hombros y la miró fijamente —ese perro necesitará atención y cuidado, sólo será una carga para ti. Nunca tengas una carga en tu vida.

La niña lo entendía perfectamente, pero oír esa palabra 'carga' la enfurecía mas no lo demostró.

—Sí padre —dijo. Aquel hombre Rubio se levantó y continuó su camino.

Una cálida brisa tocaron sus mejillas, abrió sus ojos, sólo vio árboles y arbustos alrededor de ella. Ella aún seguía ahí.

Supongo que sólo fue un sueño

Se levantó de aquella manta en donde estaba dormida y se estiró.

Miró un riachuelo cerca a ella, se acercó y limpió su cara con el agua cristalina. Se sentía fresca, aunque un poco cansada, era la primera vez que dormía en un lugar así. Se levantó y recogió sus cosas, sacó la pequeña brújula que tenía y la levantó para ver hacia donde se dirigiría.

—Al norte... —susurró. Bajó su brújula y siguió su camino.

Pero la detuvo pequeños aullidos que escuchó.

Es un lobo o...

Los aullidos continuaron, pero está vez eran más fuertes.

《¿Un perro?

No tenía tiempo para ver la condición de un animal, tenía poca comida; si iba allí sólo sería una carga para ella, pero la curiosidad la invadió y se dirigió al lugar donde provenían los aullidos.

—¡Oh Dios! —abrió su ojos. Aquel animal parecía ser un lobo, con su pelaje blanco por todos lados, sólo que no se dejaba ver bien debido a la suciedad que tenía, además parecía estar herido.

Dudó por un momento, no quería gastar medicamentos ni comida por algo que no le daría ninguna ventaja.

Pero los ojos del animal se dirigieron a su persona, por un momento, por un solo momento, esos ojos azules le dieron nostalgia.

Sentía que debía ayudarlo.

Lo curó y siguió su camino.

Por suerte el animal todavía podía caminar, era de un tamaño mediano, no parecía ser bravo y tenía un comportamiento muy extraño y la comenzó a seguir.

—¡Wouf, Wouf! —ladró el canino, parecía pedir algo. Movió su cola mientras se interponía entre el camino de la chica de cabellera plateada.

—mm, ¿Tienes hambre? —pregunta, por alguna extraña razón durante todo el camino hablaba con el canino, como si este le fuera a responder.

—¡Wouf, wouf! —volvió a ladrar, comenzó a fulminarla con la mirada, no había pasado más de dos días, pero el canino ya había agarrado confianza.

Reencarné en Rastha.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin