Insomnio (#Superación)

VII

"Si fue por mi que tú lloraste ese adiós, yo también cargo esa herida."

- Entonces...-continuo su madre- te dejo una carta.

-Si, mamá.-

-¿Que piensas hacer?-pregunto mientras notaba las densas ojeras que decoraban los ojos de su hijo.

-Yo...

-¡Hermano!- Exclamó una voz entrando en la casa.

-Manuel-soltó una risita para después darle un abrazo a su hermano menor-.

-Que bueno que estés aquí de nuevo, mamá me tenía un poco cansado con su "Ay, cómo estará tú hermano!"-.

-Primero que todo, yo no hablo así-dijo sería pero después esbozó una cálida sonrisa- y segundo, como no querías que me preocupara si es mi hijo favorito.

-Que odiosa mamá, me amas más a mi en el fondo.

Y así se pasó toda la tarde, entre juegos, risas e historias contadas por ellos, después llegó su padre quien lo saludo de la misma manera, con ternura, con alegría cosa que el hace tiempo no sentía.

Caían ya las 8:00 p.m y Manuel junto a su padre disfrutaban de una comedia mientras Laura y Luis preparaban la cena, la puerta retumbó en el cómodo silencio del lugar.

-Yo abro.-Se precipitó a decir Luis mientras caminaba hacia la puerta.

-Buenas noches, luis.- pronuncio esa voz tan familiar, y para su pesar, era Mateo el hermano de Ángela.

Oh, no.

-Buenas noches, Mateo, pasa.-Contesto con una grata sonrisa mientras se hacía a un lado.

-No, gracias, solo venía a darte esto- paso un pequeño papel con dobleces finos- Es la carta que dejo mi hermana, para ti.

A Luis se le perdieron las palabras, planeaba ir por ella en un par de días, pero ahora la tenía en sus manos, la carta que dejo el amor de su vida para el, quizá como una despedida.

-Decidi traerla personalmente ya que también debía viajar hasta aquí, me alegra que hayas regresado con tu familia. Saludos a todos por aquí, adiós- se despidió haciendo un gesto con la mano y lo vio desaparecer en la calle.

Cerro la puerta y camino al salón donde todo se encontraba como lo había dejado excepto las verduras que cortaba, ya se encontraban en la olla.

-¿Quien era hijo?-Pregunto su padre.

-Mateo.

El salón se silencio de manera casi inmediata mientras su padre le bajaba el volumen al televisor pues su comedia pasaba a segundo plano.

-¿Para que vino?-pregunto esta vez, Manuel.

-¿Porque no lo invitaste a pasar?.- pregunto ahora Laura, su madre.

Luis sonrió por las repentinas preguntas.

-Le dije que pasará pero tenía prisa, y vino a dejarme esto-señalo sus manos-una carta de Ángela, para mí.

Después de dicho esto corrió arriba y se encerró en el cuarto de sus padres, allí leería con más tranquilidad.

"Angela, 01 de octubre de 2019.

Luis

Esta noche es demasiado oscura cuando no estás a mi lado, y es, cuando salgo a la terraza y observó el cielo nublado, ayer no estaba así, hoy el brillo de luna no se ve. Ni tú sabes porque lloro, ni yo lo sé, te ame, al punto de solo sentirme bien contigo, al punto de que tu seas el único que ilumine mi mundo, yo he tomado esa decisión, la felicidad solo es una forma de ver la vida, trate de controlar esto pero...

Tuve que parar un momento, me salí del tema. Luis, si estás leyendo esto es porque lo necesitas, por que se que en este momento hay muchas dudas en tu mente que quieres contestar, pero aveces la vida es así. Hay personas que solo pasan para enseñarnos pero no para quedarse, y yo no quería ser solo eso, quería ser más para ti, pero ni siquiera lo soy para mí, no tengo más, así veo las cosas. Todo me ha dolido, he vivido con ese sentimiento y escribo esto pensando en tu belleza infinita, en lo mucho que me gustas y en lo mucho que anheló que podamos volver a estar juntos algún día, no te lo pido, no hagas una locura, solo suplico, que tengas la suficiente cobardía para perdoname.
No lo mereces, pero tampoco quise luchar, emocionaste mi vida, nunca dejes de iluminar, amor, hazlo con todo el que cruce en tu camino por que tu eres luz, eres vida, eres eso que todo el mundo quiere conseguir, y tengo el placer de decir que yo lo tuve, que lo conseguí sin siquiera luchar, pero que no lo merecía, te amo y siempre lo haré, pero esto no puede recibir el título de luz y oscuridad, por que en ese caso estaríamos destinados a ser, mejor le pondré el título de la vida y la muerte, no íbamos a tener el final que queríamos, pero si la historia que soñábamos. Y alguno de los dos tenía que partir, mientras el otro cumplía sus sueños, uno tenía que observar de lejos mientras el otro vivía sin miedo. Cuestionaras, ¿Porque no podíamos hacerlo juntos?. Me quedaré callada ante eso, por que no tengo palabras para dar solución a lo que ocurrió en mi, simplemente nació, como las letras de mis canciones que se mezclaban con tus gustos argentinos, o mis proyectos, solo me destine a sacar los nuevos, los que salieron de la nada, los viejos que viajaban en mi mente siempre estarán allí, ahora en la tuya. Sabes perfectamente que esto es para ti, que todas las palabras que encaje en cada uno de mis poemas mencionaban tu nombre sin mencionarlo, tocaban tu piel sin siquiera sentirla, pero está historia es diferente, por que aqui tu sí me amaste, pero la parte igual, es que lo sabes todo, es que eres todo, es que siempre serás mi todo. Y eso nadie lo podrá cambiar en el mundo, se que entiendes lo que está aquí, que sí siguiera en este mundo tendrías ganas de llamarme, de preguntar cómo estoy, o yo lo habría hecho, solo para reír nerviosa y decir; "No se qué decir, la verdad no sé para qué te llamé, solo quería escuchar tu voz", creo que después de eso habrías entendido todo, y es que lo hago, y lo seguiré haciendo, hasta el último día el cuál será repentino, hasta el día que tenga el valor suficiente y, quizás, hasta el día que leas esto, después de que yo no esté, tal vez, hasta que acabe todo esto, recuerda que prometimos ser infinitos, y alguna vez dijiste "Quiero llegar hasta los 97". Ahora entenderás por que yo no lo prometí.. entenderás por que no dije nada, y por que te diste cuenta por medio de esta carta de las cosas que nunca pude decir.

Adiós, Luis, te amo."

Laura giró el picaporte de la puerta suavemente, allí, se encontraba su hijo sentado en la cama, terminando de leer aquella carta, con la hoja elevada por que si la bajaba las lágrimas no le dejarían leer.