III (ensayos)

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Ensayo: 3.

"No se por que hago esto, no sé si alguien lo leerá alguna vez.
Me desperté agitada, jure escuchar un ruido en la cocina, al parecer todo está en orden.
¿Fue un sueño? Bueno mirando el lado bueno es que logré dormir un poco, pero ahora estoy asustada. Todas las luces están encendidas para el que sea que esté allí. Lo siento, por aquí en la casa rondando.
Bueno, extraño, no has logrado hacerme nada, pero si dejarme despierta y pensativa, como siempre, tomo el papel y comienzo a gastar tinta anotando todas la palabras que aparecen en mi mente.
Lamento no ser nadie, ¿Quién querría hacerme algo? Digo, no soy nada importante, no tengo una vida buena. No soy nadie.
Pero quizá eso es lo que me hace más interesante."

—Luis—Lo llamo cuando terminó de leer la última línea.—Es mejor que lo dejes hasta aquí. Ven de nuevo, y seguimos leyendo.

—Esta bien, gracias.—respondió sin decir más se levantó estrechando su mano y saliendo de aquella habitación especial mente amueblada dando un espacio acogedor de paredes blancas que ayudaba a soltar todo lo que llevabas adentro.

Camino hasta casa ignorando por completo las constantes llamadas de su madre. Giró la llave y dejó la mochila en el suelo para después hundirse en un grave llanto, »Angela, por que lo hiciste«. Se preguntó en el silencio de su hogar, silencio que era interrumpido por su risa, silencio que era interrumpida por sus noches de caricias donde los susurros sobraban para demostrar su amor. Juro que sería el amor de su vida, y nunca se dio cuenta que ella sufría.

Por las noches mientras el dormía ella se replanteaba su existencia, se despertaba asustada, sola. Pero nunca lo llamo, ni se lo comento. Si lo hubiera hecho todo sería diferente.

«20 años tenías, Ángela, 20.» y el solo 22 apenas. Eran unos jóvenes tratando de ser felices y de pronto una noche todo cambio.

Se metió lento a la bañera después de quitarse toda la ropa que le parecía pesada, cuanto desearía que se la hubiera quitado ella.

El agua tibia lo hizo suspirar, se relajo, se despejó un poco, casi perdiendo el conocimiento. Tanto así que cayó en un profundo sueño en esa tina gigante.

Despertó a mitad de la madrugada y se fijó en el agua en la cual se sumergía, de color rojizo, miró su muñeca llena de cortaduras pequeñas y poco profundas, pero la sangre perdida había sido suficiente, otra noche de insomnio por parte de él esta vez.

Insomnio (#Superación)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ