No somos sus padres

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"NO SOMOS SUS PADRES"

✨ Pareja: Flora y Helia
✨ Tiempo: Antes de que comience la quinta temporada y el año escolar
✨ Advertencias: Sexo implícito
✨ Extensión: 1137 palabras

Un pequeño rayo se sol se colaba por la habitación de una castaña, era apenas un toque de luz sin embargo, era lo suficiente para que está se moviera entre sueños, cubriéndose el rostro con su sábana para tratar de dormir más. Al menos eso pensaba, no contaba con que una pequeña niña con cabello rojizo entrará a su habitación riendo.

- ¡Flora, flora! Despierta - Miele entró a su habitación y se dejó caer encima de su hermana mayor

- Mhm, Miele, déjame dormir un poco más

- ¿Segura que quieres seguir durmiendo? - la niña le levantó un poco la sábana para darle una sonrisa pícara

- Sí, muy segura - Flora se giró para quedar boca abajo en su cama

- ¿Aún cuando Helia está sentado abajo esperándote?

Flora abrió los ojos en sorpresa, no podía creer que lo había olvidado, hoy vendría su novio de visita. Ambos llevarían a Miele a la escuela y pasarían el día juntos, para después mañana partir a un centro de diversiones que habían abierto en Linphea. Miró el reloj que se encontraba en su mesita de noche, todavía no era tarde para la escuela, pero sí para arreglarse.

Con cuidado bajó a Miele de su cama, con prisa tomó su toalla y su ropa que había preparado la noche anterior y corrió al baño, no antes sin decirle a su hermana que le avisara a Helia que estaría ahí en un segundo. Se duchó de manera rápida, aún así se aseguró de quedar oliendo a flores frescas. Aún con el cabello mojado se vistió con un vestido rosa suelto y cepilló rápidamente su cabello. Con los zapatos en mano bajó saltando las escaleras a la sala de estar.

Ahí se encontraban sus padres, su hermana y su novio ya desayunando mientras charlaban alegremente. Son las mejillas rosas susurró un buenos días, para proceder a abrazar a su familia. Enrojeció más cuando Helia se puso de pie y sostuvo su mano entre las suyas para depositar un suave beso en esta. Flora dio un pequeño paso y se puso en puntillas para darle un pequeño beso en los labios de su novio.

- Hola - el azabache recorrió la silla para que ella se sentara, también le acercó un plato con comida y un vaso con jugo - gracias, Helia

La plática fluyó tranquilamente, incluso pudo reírse de algunos de los chistes de su papá. Terminó con una sonrisa su comida justo cuando su mamá le pidió a Miele que se fuera a peinar y a por su mochila. La niña se fue corriendo a su habitación, cuando regresó traía un cepillo y un pequeño adorno de flores entre sus manos.

- Flora, ¿Me peinas? - preguntó con una tierna sonrisa en sus labios. Antes de que pudiera responder, Helia ya estaba hablando

- Creo que tú hermana todavía tiene que peinarse a ella misma ¿Por qué no te peino yo? Te prometo que no jalo el cabello

Era cierto, su cabello aún seguía un poco húmedo y despeinado, le dio un beso en la mejilla a su salvador antes de irse a su habitación para poder peinarse bien. Ya ahí cepilló y colocó su crema para peinar para que sus cabellos no estuvieran en su cara todo el tiempo. También aplicó un maquillaje suave, una base, un labial claro y mascara para pestañas.

- ¡Flooora! ¡Ya hay que irnos! - ya con los zapatos bien puestos se encaminó a la entrada.

Hoy Helia y ella llevarían a su hermana a la escuela, ellos tenían que ir a hacer un pequeño trabajo al otro lado del planeta, por lo que regresarían un poco tarde. Así que ellos estaba a cargo hoy, incluso tenían que ir a hacer las compras, hoy iba ser un día bastante doméstico.

Miele los llevaba tomados de las manos, ella iba en medio y de vez en cuando, la alzaban y columpiaban. Claro que era el chico quien la levantaba más alto, mientras que ella se alegraba que pudiera hacer que sus piesitos no tocaran el suelo.

Cuando llegaron a la escuela, Flora se despidió de su hermana con su beso y un abrazo, prometiendo que regresarían por ella en unas horas. A la castaña le causó ternura como su hermanita también le dio un abrazo a Helia, y este se lo devolvía con cariño. Sin duda, él sería un gran padre.

- Disculpen, ¿Ustedes son los padres de la pequeña? - una señora un poco regordeta y con tez morena les preguntó con un tono asombrado, Flora podía sentir como sus mejillas se volvian rosas.

- Uh, no, en realidad soy su hermana mayor, y él es mi novio - ahora la que estaba roja era la señora

- Ay, lo siento, les iba a decir que se veían muy jóvenes para ser padres - la señora soltó un risa nerviosa y sin decir nada más, se fue

- Eso fue extraño - Helia fue el primero en decir algo mientras pasaba un brazo por los hombros de su novia para comenzar a caminar

- Sí... - Flora se quedó un momento pensativa, cuestionandose si debía hacer la siguiente pregunta - ¿Lucíamos como los padres de Miele?

-Uhm, no lo sé, la verdad es que no nos parecemos demasiado. Tal vez Miele pueda ser nuestra hija adoptiva por un día, así iríamos practicando para el futuro - La morena dejó de caminar y alzó la mirada hacía su novio

- ¿Tú quieres tener hijos conmigo? - el pálido rascó su mejilla un poco antes de responder

- Sí, sería lindo - antes de que pudiera decir algo, agregó - pero no ahora, me imagino en un futuro donde no haya hechiceros malvados - soltó un risa - cuando estemos en calma, en ese momento me gustaría tener una familia

- Oh, Helio - Flora se lanzó a sus brazos - a mi también me encantaría tener hijos contigo - juntó sus labios en un beso largo y profundo, sus manos por detrás de su cuello para acercarlo más y las manos de él sosteniéndola por la cintura en un abrazo un tanto posesivo.

- Uh, Flora - El chico separó sus labios pero juntó sus frentes - ¿Podemos hacer una parada en tu casa antes de ir a hacer las compras? Por favor - hizo un pequeño puchero antes de volver a besarla.

Flora estaba un poco mareada por el beso, así que se separó lentamente para tomarlo de la mano y correr en dirección a su casa, no era tonta, podía aprovechar la casa vacía (lo cual no sucedía a menudo, ni si quiera en la escuela) para divertirse un poco con su novio, al cual no veía desde hace casi un mes. Tendría que hablar seriamente con las plantas de su casa si no quería que fueran de metiches con su madre, no había necesidad de ella se enterara de las cosas que hacía con su novio en privado.

One Shots de Flora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora