Capítulo 3

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Lan WangJi

Solo es alguien roto, un ser que busca aceptación con desesperación, alguien a quien el mundo le dio la espalda, y solo por ser único, no diferente.

No, no es lo mismo, varias veces me lo dije, y desde el instante en que lo sostuve para evitar que cayera lo admiré, no pude evitar ofrecerle mis tenis, me impuse la tarea de intentar componer lo roto que él tenía, iniciando con sus botas negras de gamuza.

No lo conocía, solo fue un encuentro, pero entendí mucho de él al verle, y es que luchaba, me lo demostró al caminar sin miedo en un pasillo donde los estudiantes lo juzgaban con la mirada, y solo por llevar un sweater rosa pastel.

Fue por eso que lo busqué al salir, fue por eso que pregunté su nombre, porque yo era como él, porque jamás me aceptarían, porque mi familia me encerró en mi mismo, porque me gustaban los chicos y eso no estaba bien según ellos.

Wei Ying.

Estaba más roto de lo que aparentaba, y no es que él quisiera, lo rompieron apropósito, él solo caminaba y continuaba porque aún respiraba.

—Mi madre dejo de serlo cuando descubrió que me gustaba vestir con su ropa, no quería ser mujer, solo me gustaba — explicó mirando siempre al suelo —mi padre en un intento de protegerme me alejo, fue bueno, supongo, conocí a gente buena.

—Wei Ying — no comprendía porque me lo decía a mí, no lo iba a detener, pero surgieron unas ganas de consolarlo.

—Está bien, nunca se lo dije a nadie — limpió su rostro — eso es lo malo de querer a alguien, duele más las traiciones, no me importaba si me miraban raro o si hablaban mal de mí, pero eso solo aplicaba a las personas que no me conocían, nunca olvidaré aquel día, no creó que él lo entienda — me miró, destrozado e inconsolable — el tipo de daño que me hizo, el solo hecho de darle las tijeras y quedarse estático, fue tan shockeante para mí.

No lo entendía completamente, porque cuando llego a sentarse a mí lado no me esperé esta clase de confesiones, entendí rápidamente que había alguna relación con el tipo que se lo había llevado después de la clase de mi hermano.

—Dejar a mí hermana fue lo más difícil que hice en toda mí vida, pero creó que es lo mejor — busqué en mi mochila un pañuelo para después limpiar su rostro — gracias.

—Mmh — no sabía que más contestar.

—Todos tenemos secretos, pero yo no quise tenerlos, no me guarde mi forma de ser, así soy, definirse es limitarse, me lo decía Madame Yu siempre — una sonrisa pequeña surgió ante aquel recuerdo — no estaba listo para encontrarme con él.

Otra vez ese él, no me agradaba, presentía que era el heredero de los Jiang.

—Te refieres a Jiang WanYin — miré alrededor, buscándolo, no estaba, pero no pude evitarlo.

—¿Lo conoces? — sonaba sorprendido.

—Mmh — me miró esperando una respuesta — es hijo de una familia importante en Yunmeng, lo vi en algún evento.

—Ya veo — soltó un suspiró — lo siento, no debí agobiarte con mis dramas.

Negué, porque tenía la sensación de que nunca me aburriría de escucharlo.

—Solo — vacilé —¿Por qué a mí?

—¿Por qué te lo cuento todo a ti? — intuyo, asentí — no lo sé, me ayudaste y no esperaste nada a cambio y sobre todo no me juzgaste desde un principio.

Nunca se lo había dicho a nadie, me faltaba valor o las personas me demostraban que podían alejarse solo por ser alguien diferente.

—¿Me juzgarías? — miré a otro lugar.

ᴀɴᴅʀᴏɢɪɴᴏ (ᴡᴀɴɢxɪᴀɴ)Where stories live. Discover now