Fanboy ➤ KookTae

[58] N: Taehyung.

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Había estado viviendo los peores días de mi vida, todo se había terminado. Así de rápido como empezó.

No puedo soportar la idea de que Jungkook esté odiándome, de que piense que lo traicioné, mi corazón me dice que ese día no pasó nada y tendré ese pensamiento conmigo hasta que pueda comprobarlo.

– Es un hijo de puta. – Jin entró a la habitación echando humo por las orejas.

– ¿Qué pasa? – me limpié los ojos.

– Salió positivo Taehyung, ese imbecil si te drogó.

Me levanté de golpe y le quité el papel de las manos.

– ¿Pero cómo? – dije histérico. – no recuerdo haber tomado nada de él.

– Tampoco lo entiendo, pero esta prueba es el primer paso.

– Va a ser imposible demostrar que fue él, cualquier persona creería que me drogo. – suspiré triste. – no es suficiente.

– Pero es algo.

Tenía que recordar, aunque sea la cosa más mínima para ir reuniendo las piezas. Pero por ningún motivo iba a permitir que Jungkook se fuera de mi vida definitivamente. Lo amaba jodidamente tanto que ni el demente de Yonmbin ni nadie iba a alejarme de él, jamás.

Dejé la hoja en el buró y le di una breve mirada a mi celular, no había nada. Jungkook no ha llamado ni enviado mensajes desde la última vez, he tenido que recurrir a Namjoon pero igualmente no me da mucha información, sólo que se la pasa bebiendo y estoy tan preocupado, el alcohol le hacía tanto daño.

¿Así se sintió él cuando me dejé lavar el cerebro por otra persona y me alejé? era horrible.

Me ofrecí a hacer la comida con la idea de distraerme un poco, pero era imposible. No podía estar como si nada sabiendo todo lo que estaba pasando.

Casi me corto un dedo cuando una punzada llegó a mi cabeza tan fuerte que me hizo jadear.

Yonmbin gritándome.

Yonmbin poniéndome algo en la boca.

Yo en casa de Yonmbin.

Yonmbin dándome agua.

Yonmbin...tratando de besarme.

Yo inconsistente.

– ¡Jimin! – grité soltado el cuchillo al suelo. – ¡SeokJin!

– ¿Qué pasó? – ambos llegaron alarmados.

– Recuerdo...recuerdo algo.

[ 💜 ]

– Estaremos aquí afuera por cualquier cosa, si? – acomodó mejor mi celular en mi bolsillo. – ya está grabando.

– Si se pone de pesado levanta la rodilla y dale justo ahí como te enseñe. – Jimin guiñó un ojo.

Solté un risa y suspiré. Estaba malditamente nervioso pero tenía que hacerlo, no había otra manera de demostrar lo que realmente pasó ese día, no a menos que el mismo Yonmbin lo confesara.

Toqué la puerta y giré hasta el auto, necesitaba ver los ojos reconfortantes de los chicos para poder lograrlo.

Di un brinco cuando la puerta se abrió, y quize golpearlo tanto cuando una sonrisa cínica se formó en su rostro.

– ¿Vienes por más chiquito? – habló burlón.

Me arme de valor y lo empuje para entrar al interior de la casa, escuchando su irritable risa mientras lo hacía.