Advertencia Y Prefacio

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Advertencia y aclaraciones:

Primero quisiera aclarar que este libro no pretende ofender o insultar a ninguna religión, creencia, práctica o figura religiosas. En ningún momento se menciona alguna religión en específico para evitar malentendidos.

Los lugares mencionados son totalmente imaginarios.

Los personajes mencionados NO tienen ninguna relación con la realidad, hechos científicos o datos religiosos, sus personalidades, acciones y pensamientos son totalmente inventados.

Advertencia:

Contenido sensible cómo: trata de blancas, violación de derechos, abuso sexual, extorsión, y violencia general. Sin embargo, estos temas no serán profundizados, serán mencionados y poco específicos para evitar malentendidos.

SE HABLA DE RELIGIÓN, ninguna en específico, solamente se mencionan varios personajes bíblicos (son los principales). Si eres sensible ante esto, NO LEAS, aunque nunca se pone en tela de juicio creer o no en alguna figura religiosa, se mencionan, pero repito, jamás, en toda la obra se trata la religión cómo algo malo, de hecho, esta obra es un ejemplo más de cómo una sana religión o creencia puede verse corrompida por un mal manejo o sentimientos de maldad.

Esta obra NO pretende hacer que el lector crea o no crea en alguna religión, pretende únicamente entretener y tal vez generar un sentimiento crítico ante la sociedad en general.

Lamento que esto haya sido tan largo, solo quiero prevenir cualquier mal interpretación, únicamente quiero que todo lector disfrute esta obra del principio hasta el final.

Gracias por leer estas pequeñas aclaraciones, espero que disfrutes cada palabra y compartas esta obra. Sin más preámbulos, aquí comienza nuestra historia.

La luz de la vela consumiéndose iluminaba tenue la pequeña habitación, la flama bailó un poco cuando la puerta se abrió y el viento con toques de lluvia mojó la madera de la habitación, al tiempo que una gran bota negra empapada penetró el cuarto

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La luz de la vela consumiéndose iluminaba tenue la pequeña habitación, la flama bailó un poco cuando la puerta se abrió y el viento con toques de lluvia mojó la madera de la habitación, al tiempo que una gran bota negra empapada penetró el cuarto. El hombre con nariz puntiaguda sentado en la silla volteó y observó la gran silueta negra.

—Diactoros —la silueta entró lentamente, tomó la pequeña butaca y se posó frente a la vela que seguía bailando debido al clima que la puerta aun abierta dejaba entrar.

—Señor. Obtuve la información, ella llega mañana.

—Entiendo...
      ... Quiero que sepas que estoy consiente del odio que le tienes, pero no la lastimes, lo tienes prohibido ¿comprendes? — Diactoros asintió con la cabeza baja, no por tristeza, más bien por miedo del rostro que le hablaba.

—Señor, ¿cómo lo hará?

—Ya me deshice de uno de ellos, y esta noche planeo tomar el rostro de otro, solamente quedarán dos —curvó su alargada y desfigurada boca al pensar la suerte que tenía, sin embargo, recordó un ligero detalle que podía poner en riesgo el plan —pero te lo advierto Diactoros, los dos son los más fuertes, además de astutos; uno de ellos incluso tiene más edad que yo, debes evitarlos a toda costa. Entiendo que el mayor fue un íntimo amigo, debes guardar apariencias ante él.

—Tengo preparado todo lo que le diré, siempre ha sido fiel, dudo que contradiga nuestras bellas tradiciones — una oscura sonrisa relució ante las llamas.

—En cuánto al otro si lo ves, haz lo que te diga y finge idolatrarlo, que piense que tú eres su vasallo— Diactoros asintió.

El reloj de madera ubicado en la esquina marcó 8:15 y el monstruo de horroroso aspecto se levantó.

— Es hora Diactoros. Por fin haré que mi gran enemigo sufra, y lo haré de la forma que más le duele a un padre, haciendo sufrir a sus hijos. ¿Tú sabes de eso no Diactoros? — el mencionado elevó su rostro para admirar el techo y de nuevo revivir ese momento que marcó su vida —también tendrás tu venganza, ¿acaso no eres feliz?

— Todos me lo dijeron, me dijeron que no debía hacer tratos con usted, pero, sin mi única razón de vivir, ¿por qué no vender mi alma al diablo? — el monstruo mostró sus afilados colmillos amarillos y dirigió su última mirada al hombre de cuerpo vivo y alma muerta y dijo:

— Nos veremos más pronto de lo que crees Diactoros, no hagas nada imprudente, nunca sabrás quien está viendo — la sombra desapareció como un rayo, ruidoso y fugaz.

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