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"Un días te darás cuenta que hay algunas personas a las que no verás nunca más. Al menos, no de la misma forma"
Se sentía desolada. Su corazón dolía de tal manera que pensó que moriría debido a sus fuertes sacudidas.
Lo veía desde lejos y sentía su garganta doler, lloraría en cualquier momento, se desmoronaría en cualquier momento.
Sacudió la cabeza tratando de controlarse, luchaba como todas sus fuerzas para evitar mirarlo de reojo a cada instante.
Esto es muy frustrante ¿Desde cuándo empezó a sentir algo por él? ¿Desde cuándo empezó a verlo como algo más?
Ella sabía a la perfección que nada bueno saldría de esto, peleó con su corazón, ella no quería sentir aquello, solo causaría problemas... Y vaya que los tuvo.
Sufrió, sufrió mucho. La sensación amarga que tenía en su interior era muy indescriptible, le dolía, sentirse así, como una estúpida enamorada. Sabía de sobre qué él jamás le correspondería, no había que ser adivino para saber que ese chico solo la veía como una amiga, una estúpida amiga.
Aunque bueno, tampoco es como si ella quisiera empezar una relación que estaría destinada al fracaso.
Intento recordar con más fuerzas, se masajeó las sienes mientras cerraba los ojos, la cabeza le estaba comenzando a doler debido a sus pensamientos ¿Desde cuándo? ¡¿Desde cuándo?! ¿Desde cuándo se enamoró de él? ¿Desde cuándo empezó a tener fantasías a su lado? Ella lo quería, lo quería mucho, y le dolía no ser correspondida.
Lo miro de reojo una vez más, y lo vio de nuevo haciendo lo mismo... La vio hablando con ella.
Ella... La razón de todas sus desgracias. La razón por la cuál ella sufría, la razón por la cuál lloraba todas las noches.
Él no se daba cuenta, pero tenía a muchos corazón en sus manos. Tenía el de ella en sus manos.
La muchacha destrozada negó con la cabeza tristemente, le picaban los ojos, tenían tantas ganas de llorar, que creyó que si empezaba ahora, jamás terminaría.
Cerró sus ojos esperando que el timbre del colegio sonara y la salvara de esa tortura.
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- Lisa, ¿estás ocupada? Tengo que decirte algo.. -la rubia dejo de lado lo que hacía y le puso su total atención.
- No te preocupes Rose, dime.. ¿Pasa algo? -se dio cuenta que la chica frente a ella se encontraba nerviosa, como si tuviera miedo de lo que hiba a decir.
- Me gusta Jungkook -soltó sin más bajando la cabeza avergonzada, sin darse cuenta la reacción de Lisa y lo que provocó dentro de ella aquellas palabras.
- ¿Qué? -fue lo único que salió de sus labios, no podía creer lo que había escuchado, más bien no quería aceptarlo.
- Hace semanas, empezé a sentir algo más por Jungkook -suspiró como recordando algo. -Y no podía esperar para contarte, sé que es tu mejor amigo y pensé que podrías ayudarme.
No sabía que hacer, aún no procesaba lo que aquella castaña acababa de decir, poco a poco un nudo en su garganta comenzaba a aparecer y sentía que lloraría en cualquier momento.
-Te ayudaré -fue lo único que dijo, tomó sus cosas y se fue del lugar.
Se sentía débil. Sentía el gran dolor en su corazón.
Su autoestima estaba por los suelos. Se sentía inferior a su lado. Ella era hermosa, divertida, amable, humilde... Perfecta.
¿Que rayos tenía su persona como para luchar? ¡Exacto! ¡Nada!
¡No podía pelear contra esa chica! ¡Esa chica no le había hecho nada!
Las lágrimas que antes había retenido hicieron su aparición. Se sentía tan tonta, ella sabía que su amor por él nunca sería correspondido, es por eso que acepto ayudarla porque prefiere el bienestar de su amigo antes que el de ella.
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- Lis, ¿Te sucede algo? -ella volteó y lo encontró muy cerca, su corazón latió desenfrenado contra su pecho, las mariposas volvieron con mucha intensidad y sintió sus mejillas arder como siempre le pasaba. Le estaba costando respirar.
- N-No ¿Por qué lo dices? -una vez más, empezaba a sentirse estúpida, no entendía lo que le pasaba, no podía controlarse.
Tenía el impulso de cerrar nuevamente los ojos y así disfrutar aún más ese acercamiento, empezaba a sentir calor y se maldijo por dentro por la simple razón de sentir todo ese fuego abrazador dentro de ella. Quería que parara.
-No lo sé, te noto algo extraña ¿Te preocupa algo? -ella negó con la cabeza, iba a decir algo, pero una voz dulce y empalagosa los interrumpió. Era ella.
-Jungkookie ¿Puedes explicarme algo? -él la miró y asintió con la cabeza, acto después se dispuso a hablar con la muchacha.
Dejándola sola.
La rubia vio los ojos de su amigo, Brillaban de emoción cada vez que hablaba con esa chica. La decepción se apoderó de su rostro y nuevamente lágrimas luchaban por querer salir.
