Capítulo 16

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Di la vuelta encontrándome con la otra figura en la habitación a un lado de Ashton. Era una chica que calculé era uno o dos años mayor que yo, cabello café oscuro hasta los hombros, lacio y con brillo, labios rojos que resaltaba en su tez morena y cejas pobladas; impecable en todo aspecto. El vestido negro largo y ajustado que bajaba hasta verde le favorecía demasiado, tenía la impresión de ser algo más que una princesa o una reina, parecía una emperatriz del antiguo mundo...

Ashton debió notar mi análisis a la chica puesto que procedió a presentarla, pasando por alto la pregunta que había hecho al entrar al cuarto.

—Amberly, ella es Ivy, mi asesora política. Está aquí ya que mi hermana ha tenido que volver a Lauxwell.

—Es un honor, su majestad —Ivy hizo una reverencia que correspondí—. En caso de que dude de las palabras de su majestad el Rey Ashton, tenemos fotografías de él en la frontera.

—No te molestes, Ivy. A este punto cualquier cosa que haga su majestad me hará dudar, pruebas o no —dije, sonriendo forzadamente—. Si nos disculpas, me gustaría tener un poco de su tiempo.

Ambos intercambiaron una mirada con intenciones de todo menos negocios, rozando el coqueteo descaradamente. Esperé a que terminaran, tragándome las ganas de vomitar y los celos: ¿había una diferencia?

Ashton extendió su brazo y yo entrelacé el mío, se sentía desagradablemente familiar mientras nos dirigía hasta uno de los jardines donde tomé mi distancia.

—Es solo una amiga, no hay nada de qué preocuparse, Amberly.

Aquí vamos. Me invadió la sensación de que tendríamos todas las pláticas pendientes en una sola.

—No me preocupa eso, Ashton —bufé.

—¿Oh? ¿Acaso superaste nuestro amor tan rápido? —preguntó, no entendí si lo hacía en serio.

—¿Cómo puedes llamar a eso "amor" si nunca mostraste lo que eras en realidad?

Se quedó callado, raro en él.

Sin querer, me encontré recordando el momento en el que entendí que su único motivo para acercarse había sido la corona, cómo planeaba matarme después de conseguirla y lo rota que estaba por no sólo haberme sentido usada, si no que me había visto la cara con otra chica y quién sabe cuántas más cuando él era lo único que había ocupando espacio en mi corazón. "El amor es debilidad", había dicho.

El descaro de siquiera seguir aquí luego de haberme hecho pasar por un sinfín de situaciones horribles dolía, pero más lo hacía el darme cuenta que nunca signifiqué algo más allá de lo que él creía que yo representaba. ¿Cómo es que una sola persona podía ser la fuente de tanto dolor?

—No discutiré eso hoy, —decidí en voz alta—, sé que tienes algo que ver con la desaparición de mi madre. Habla. Ahora.

Interrumpió nuestro paso plantándose frente a frente. Tan imponente y tan cerca de mí que apostaba podía oler mi miedo. No tenía miedo de él en sí, tenía miedo de su enojo... y de lo que era capaz de hacer para saciarlo.

—No tengo nada que ver con eso. Haz lo que quieras, pero tengo pruebas de que estuve en la frontera. No querrás quedar en ridículo antes de tiempo... —se acercó con cada palabra hasta tener su nariz rozando la mía—... ¿No es así, querida?

Sofocada por la falta de espacio, retrocedí un paso.

—¿Es una amenaza, acaso? —pregunté cruzando los brazos.

Vaciló con la cabeza. Algo dentro de él le causaba humor...

—Eres tan complicada, Amberly. No puedes seguir simples instrucciones. Mira la metida de pata que cometiste eligiendo a Luke —chasqueó la lengua—. Te advertí, lo hice. Pero como siempre, querida, decidiste ignorar mis palabras...

Regnum. ✔️[DISPONIBLE EN FÍSICO]Where stories live. Discover now