.80. Los cinco campeones.

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- Porque te tenían más miedo a ti.

- Esa es mi niña - me dice mamá.

—Bueno... crucen la puerta — nos dijo Dumbledore, sin sonreír.

Con Harry pasamos por la mesa de profesores. Hagrid, sentado justo en un extremo, no nos guiñó un ojo, ni levantó la mano, ni hizo ninguna de sus habituales señas de saludo. Parecía completamente aturdido y, al pasar, nos miró como hacían todos los demás. Salimos del Gran Comedor y nos encontramos en una sala más pequeña, decorada con retratos de brujos y brujas.

- Los reconoció a ambos enseguida - nos dice Godric - Por algo me enteré tan rápido.

- Eso me lo explica - le respondo - En ese momento no me di cuenta.

- El castillo se habrá vuelto un hervidero - comenta Remus.

- La verdad que sí, todos empezaron hacer especulaciones de como lo hicieron - le responde Ginny.

- Decían cosas muy locas - agrega Luna.

Delante de nosotros, en la chimenea, crepitaba un fuego acogedor.

Cuando entramos, las caras de los retratados se volvieron hacia nosotros. Vi que una bruja con el rostro lleno de arrugas salía precipitadamente de los límites de su marco y se iba al cuadro vecino, que era el retrato de un mago con bigotes de foca. La bruja del rostro arrugado empezó a susurrarle algo al oído.

Viktor Krum, Cedric Diggory y Fleur Delacour estaban junto a la chimenea.

Con sus siluetas recortadas contra las llamas, tenían un aspecto curiosamente imponente. Krum, cabizbajo y siniestro, se apoyaba en la repisa de la chimenea, ligeramente separado de los otros dos. Cedric, de pie con las manos a la espalda, observaba el fuego. Fleur Delacour nos miró cuando entramos y volvió a echarse para atrás su largo pelo plateado.

—¿Qué pasa? — preguntó, creyendo que había entrado para transmitirles algún mensaje —. ¿«Quieguen» que volvamos al «comedog»?

- Hann, ¿Qué sucede? - me preguntó Cedric.

No sabía cómo explicar lo que acababa de suceder. Me quedó allí quieta, mirando a los tres campeones, sorprendida de lo altos que parecían. Oí detrás un ruido de pasos apresurados. Era Ludo, que entraba en la sala. Nos tomó del brazo y nos llevó hacia delante.

—¡Extraordinario! — susurró, apretándonos el brazo —. ¡Absolutamente extraordinario! Caballeros... señorita — añadió, acercándose al fuego y dirigiéndose a los otros tres — ¿Puedo presentarles, por increíble que parezca, al cuarto y a la quinta campeones del Torneo de los tres magos?

- En vez de hablar tranquilos, nos llevó al arrastre - comenta Harry.

- Yo solo quería irme de ahí lo más rápido posible.

- No me agrada para nada que hayan tenido que pasar por eso - nos dice Lily.

- Fue maldito dolor de cabeza - le digo y me apoyo en Harry sin molestar a Teddy.

- Aunque luego de la primera prueba entendieron que no tuvimos nada que ver con eso - les dice Harry.

La hosca cara de Krum se ensombreció al examinar a Harry. Cedric parecía desconcertado: pasó la vista de Bagman a Harry y de Harry a Bagman como si estuviera convencido de que había oído mal, para luego mirarme esperando que se lo explicara. Fleur Delacour, sin embargo, se sacudió el pelo y dijo con una sonrisa:

—¡Oh, un chiste muy «divegtido», «señog» Bagman!

—¿Un chiste? — repitió Bagman, desconcertado —. ¡No, no, en absoluto! ¡El nombre de Hannah y de Harry acaban de salir del cáliz de fuego!

Leyendo: "Harry Potter, una historia diferente"Where stories live. Discover now