Al fin la última caja estaba vacía, habías estado al menos dos horas desempacando pues tú familia recién se había mudado; te estiraste un poco para después levantarte del suelo y bajar al primer piso.
Tu madre te había dedo permiso de salir a ver la ciudad, miraste atentamente los edificios y las personas a tu al rededor hasta que un ruido metálico llamó tu atención; de inmediato supiste de que se trataba, ¡Era una batalla beyblade!
Entraste al edificio del que provenía el ruido; había dos chicos, un rubio algo bajito y un castaño un poco más alto estaban a los lados de la arena entrenando con sus beys, mientras una chica rubia y un niño eran espectadores.
Te acercaste un poco más para tener una mejor vista de la batalla, por algunos minutos pasaste desapercibida, ya que todos estaban concentrados en la batalla. Observaste cada uno de los movimientos de ambos bladers, sin duda ambos eran bastante fuertes.
Una vez ambos beys dejaron de girar el chico castaño se acercó a ti preguntando si querías unirte al equipo.
— Lo siento, pero nunca he jugado beyblade antes— rechazaste amablemente su oferta. Eras fan del juego, pero nunca antes habías tenido la oportunidad de jugarlo ya que, en la cuidad dónde vivías antes el juego no era tan popular.
Él te dió una sonrisa comprensiva como respuesta y te dijo que podías quedarte todo el tiempo que quisieras; pasaste el resto del día con ellos, observando sus batallas y hablando con ellos durante sus descansos.
Desde entonces ibas seguido a ver entrenar a los victories y pasar el tiempo con ellos; desde hacia unas semanas Amane se había ofrecido a enseñarte a jugar, así que ambos llegaban más temprano que los demás para entrar juntos; tú no tenías un bey propio por lo que Amane te prestaba el suyo. Aunque a veces podía llegar a ser algo callado era muy divertido pasar el tiempo juntos, la compañía del otro era agradable.
En las últimas semanas ambos se habían vuelto inseparables, había cierta tensión romántica que no pasaba desapercibida para sus amigos; ellos intentaban darles el "empujoncito" que les faltaba, pero siempre fallaban en el intento, así que finalmente decidieron dejarlo fluir con naturalidad.
Una mañana de las tantas en las que entrenaban juntos, durante su descanso ambos se sentaron lado a lado en el piso e iniciaron una agradable conversación. Amane mencionó lo mucho que habías mejorado en el tiempo que llevaban practicando, para después ir a buscar algo a otra habitación.
Te quedaste un par de minutos esperando, hasta que llegó, entre sus manos traía un bey el cual te entregó con una sonrisa y un muy leve sonrojo. Lo abrazarte emocionada, al darte cuenta de lo que hiciste te tensaste, nunca antes lo habías abrazado; pero te relajaste apenas correspondió el abrazo. La sensación era cálida y podían sentir los fuertes latidos del otro.
Al separarse Amane tomó una de tus manos, mientras que con su mano libre tomaba suavemente tu mejilla para después depositar un corto y tierno beso en tus labios.
Cuando se separaron desvío la mirada sonrojado y algo avergonzado. — Y-yo— tartamudeo torpemente. Antes de que dijera algo le regresaste el beso, este fue un poco más largo que el anterior.
Al separarse nuevamente lo abrazaste, hundiendo tu cara en su pecho para ocultar el fuerte sonrojo que tenía tus mejillas.
(Mientras tanto Drum, Ichika y Takane llegaron justo a tiempo para confirmar que ustedes eran canon Xd)
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Hum ¡hey! Sigo viva(?
Ahr emm perdón por no actualizar desde hace como 3 meses (?
¿Me perd0nan (◍•ᴗ•◍)?
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