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Jimin terminó de colocar el sticker de carita feliz al último cuaderno, dejándolos ordenados en una pila a un lado del escritorio. Se levantó de la silla, más animado que antes y aplaudió para tomar la atención de los niños en la sala.

—¡HORA DE LA SIESTA! —Gritó, llamando la atención de todos y recibiendo una bulla de emoción por parte de los pequeños.

—¡SIIII! ¡SIESTAAAAAA!

Los niños comenzaron a correr como si se tratara de un gran festival, yendo de lado a lado, incluso algunos mostrando parte de su animal. Jimin vio a Jin con su colita de gato siamés gritando que harían siesta, a Wheein seguirle en la emoción, con dos orejitas de tigre sobre su cabello de cobre y a Jinyoung con ligeras motas de lana de oveja en sus brazos.

También, pudo ver al pequeño de cuatro años, Jungkook, el más joven del grupo, observar para todos lados con miedo al ver a todos demasiado eufóricos como para que él pudiera seguirles el paso.

Jimin gimió sintiéndose estúpido por dentro.

—No, niños, no así. Wheein guarda tus orejitas, lo mismo para ti Jin, guarda tu cola, y tú Jinyoung deja de tirar lana por todo el suelo. Es siesta, chicos, ¡siesta! —reiteró hablando sobre la bulla cuando nadie le tomó en cuenta—. Siesta. Dormir.

—¡SIESTAAAA! —Los niños aclamaron la palabra, y comenzaron a vociferar como un grito de guerra.

En serio, ¿la comida del jardín llevaba drogas o algo que despertaba sus cerebros? Jimin tuvo un colapso mental al ver que los diez niños lucían divertidos y emocionados, lejos de querer dormir.

Hizo un puchero, no sabiendo cómo controlar la situación, es decir, todavía estaba cursando para ser maestro y no había ningún ramo que le enseñara cómo detener a niños eufóricos y extasiados y lograr que hagan la siesta.

Rápidamente se giró y buscó con su mirada al maestro Yoongi. —Hyuuuuuung~ —reclamó—, no quiereeenn~

Yoongi ladeó una sonrisa en el rostro y se movió a tomar la guitarra acústica que había en la esquina, a un lado del escritorio, antes de volver a caminar hacia él.

—Todos al centro, vamos a cantar una canción. —dijo, y los niños le miraron, deteniendo todo lo que hacían y yendo hasta formar un círculo a su alrededor.

¿En serio?, se preguntó Jimin, con la boca abierta sin creérselo y rápidamente se movió hacia los estantes, en donde, silenciosamente comenzó a sacar los futones de dormir con ayuda del maestro Do.

—¿Puede ser la Rana Ana? —preguntó un niño.

—M-maestro Min —la voz gruesa de Taehyung se escuchó en el círculo, el niño llevaba las mejillas rojitas cuando le miró—. ¿También puede ser el burrito perezoso? M-me ayuda a dormir...

Yoongi sonrió, apuntando todas las canciones en su mente y comenzó a tocar las cuerdas sobre la guitarra, rasgando las líneas con sus dedos en un intento de hacer un sonido suave mientras Jimin tarareaba en el fondo, coreando las canciones y guiando a los niños a cantar.

No pasó mucho tiempo para que cada uno comenzara a rendirse, gateando a sus lugares en los futones ya preparados y cerrando los ojos para dormir.

Sin embargo, cuando ya todos estaban regulando su sueño, Jimin siente un tirón de su delantal.

UNTIL THE END; taekookWhere stories live. Discover now