Hielo.

86 22 9
                                    

Álgido. Glacial. Desdeñoso. Tu actitud siempre me dejó helado hasta los huesos. Mis dedos entumecidos al sentir tu cuerpo. Un toque remoto, con una mirada vacilante. Arriesgado. Como si tocases una columna rebosante de nieve. Sabes que te hará daño. El frío te congelará. Pero, quieres sentir la nieve por primera vez.

Siempre amamos aquello que nos hace daño, sin saber que nos hace daño amarlo.

Eras un cubo de hielo, que terminaría por derretirse ante, y por mí. Tu actitud altiva. Hosca. Terminaría por desaparecer y desvivirse. Aquel corazón que antes miró a Medusa, acabaría en manos de Afrodita. Cálido. Abrasador. Sofocante. Aquel tacto helado, se fue en el instante que el verano asomó la vista.

Te rendiste ante mí y decidiste amar. Decidiste amarme y permitir amarte. Pero, nuestras creaciones siempre se revelan ante nosotros.

Decidiste amarte, y contigo, amar a otra persona.
Aquel cubo de hielo, se había derretido, y el agua no corría entre mis dedos, pero sí sobre mis mejillas.
El fluido cayó al suelo.
Y terminó por destruirme, aquello que construi.
Te amé tanto, que hice que te fueras.

Penrose. Where stories live. Discover now