Parpadeó varias veces, ¿qué era un mundial de quidditch? Rebuscó en su bolsillo en busca de su teléfono para avisar a la policía. No sabía quiénes eran esas personas pero no iba a dejarles actuar como quisieran en una propiedad privada.

Sacó su móvil y fue a encenderlo justo cuando sintió algo rozar su pie. Apuntó con la linterna y casi se desmaya al ver a una serpiente arrastrarse hacia la habitación donde esos desconocidos mantenían la conversación.

-Colagusano... Habuko trae noticias...-La voz del sillón resonó en el lugar.-Hay un muggle anciano en la puerta... Seguramente haya escuchado lo que decimos...

No le dio tiempo a ocultarse cuando el hombre de pelo blanco había salido al rellano con un trozo de madera en la mano. Soltó la linterna de la impresión, tratando de huir de allí para poder avisar a la policía o a alguien que le ayudase.

-¡Avada kedavra!

Escuchó las palabras del tipo antes de caer al suelo, inerte. Muerto.

En ese momento Eijirou despertó en su cuarto de Privet Drive, sudando y sin recordar qué lo había despertado a esas horas de la noche.

Se sujetó el ojo, le dolía mucho la cicatriz y eso no significaba nada bueno. La última vez que le había pasado eso es porque All For One estaba en Hogwarts, y no quería pensar que el mago intentase otra cosa para matarle. Solo deseaba un año tranquilo en el colegio, no pedía nada más.

-¿Se puede saber qué te pasa? Me has despertado.

Miró a la puerta, donde estaba su primo con el pijama puesto. Ese verano se había vuelto un enclenque y no le molestaba tanto. Pero no pensó que se levantaría de su cómoda cama para ver lo que le pasaba a él.

-No me pasa nada, ya puedes irte a dormir.

-Es por esa cicatriz, ¿verdad? La de tu ojo.-Vale, su primo había cambiado mucho en tan solo unos meses.

-Sí... Pero, ¿qué te importa a ti lo que me pase?

Izuku desvió la mirada incómodo, dudando en si decirle o no. Al final acabó por mirar al pasillo, asegurándose que sus padres siguiesen dormidos, y pasó a la habitación del pelirrojo. Kirishima no entendía nada, pero le dejó sentarse en la cama.

-Me han hecho bullying en el colegio todo el curso, por mi pelo. No tengo ningún amigo y me aburro mucho, así que comprendí que lo que me estaban haciendo es lo que yo te había hecho toda nuestra vida... Aún no sé si quiero llevarme bien contigo porque prácticamente no sé nada de ti, pero dejaré de joderte. Ahora sé lo que se siente.

-Gracias... Supongo.

No iba a negarlo, todo eso era muy incómodo. Pero si su primo no iba a fastidiarle al menos era una preocupación menos. Sintió que Midoriya quería decirle algo más, pero le vio sacudir la cabeza y levantarse.

-Si te duele ponte hielo, no sé cómo van esas cosas pero algo tiene que hacerte.

Salió de la habitación y le dejó solo con sus pensamientos. Eijirou se tumbó en la cama y suspiró sin entender lo que acababa de pasar, ¿ahora era amigo de su primo? No lo terminaba de comprender.

Al menos la cicatriz había dejado de doler, así que cerró los ojos tratando de dormir. Al día siguiente Sero y Mina irían a por él para ir a casa de los Bakugo y no quería estar cansado. Tenían muchas cosas de las que hablar.

 Tenían muchas cosas de las que hablar

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Eijirou Kirishima y el Cáliz de FuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora