Cuando México tuvo que convivir con USA no se esperaba una combinación tan dulce. Sus gestos, palabras y el tacto del otro le llenaban de felicidad.
Pero si existe la calma después de la tormenta, también existe la tormenta después de la calma
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-La mera verdad es que si me espanté cuando llegaste a mi casa
Ahí estaban ambos países en un automóvil blindado, el chofer y otro guardia se encontraban en completo silencio en los asientos delanteros, dándoles la suficiente "privacidad" a las naciones para entablar una conversación.
Conversación que simplemente no quería empezar.
El eslavo se mantenía callado, mirando a la ventana de manera incómoda, el tricolor por su parte, se hallaba completamente avergonzado por la situación. Odiaba esos silencios, odiaba ser ignorado por aquel que antes conocía a la perfección, odiaba estar ahí.
-Hace frío ¿no?
Otra vez no había respuesta.
Se estaba frustrando, empezaba a maldecir a su presidente por haberlo obligado a ir a ese viaje. Cuando el ruso se presentó en su casa se asustó muchísimo por su visita, pero asumió que sería cuestiones de trabajo, y resultó ser algo así.
El de climas fríos consultó con su presidente una visita de México a su territorio por algunos días, para emprender nuevos tratados. El gobernante, no podía estar más feliz y aceptó sin siquiera preguntarle al chico.
Y ahí se encontraba, en un lugar que le traía malos recuerdos, al lado de alguien que parecía odiarlo.
Se quería ir en ese mismo instante.
-Vaya que has cambiado, esquincle. -rió de manera nerviosa. A veces, cuando los nervios lo atacaban comenzaba a decir lo primero que pensaba, la mayoría de veces terminaba peor, pero era uno de sus malos hábitos.
Algo se removió en el pecho de Rusia, sus facciones cambiaron por un muy leve instante, hacía años que no escuchaba ese apodo, le traía malos recuerdos.
-Честно говоря, мне не нравится, что ты здесь. (Seré honesto, no me agrada que estés aquí.)
Hubo una corta pausa, no era algo que México no supiera todavía. Sabía que, a pesar de todo, el eslavo no podía perdonarle, y estaba bien con eso.
-¿Negocios?
-Мой президент проинформирует вас о своих планах, я только выполняю его приказы (Mi presidente te informará de sus planes, sólo estoy siguiendo sus órdenes)
-Ya veo... la verdad es que tampoco quiero estar aquí, pero, órdenes son órdenes. Aunque es muy raro, no me imagine volver, todo es tan diferente a como lo recuerdo.
Rusia por su parte se mantuvo pensativo.
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No pasó mucho hasta que llegaron con el gobernante del territorio helado, este era cuidado por varios hombres, y al igual que el chico de ushanka, tenía un semblante serio y hasta cierto punto intimidante.
Tras un corto saludo el presidente comenzó a hablar
-Приносим извинения за поспешное приглашение, однако мы рады, что вы его приняли. (Sentimos la apresurada invitación, sin embargo nos alegra que haya aceptado.)
El mexicano no estaba para nada contento, verse obligado a visitar otros países nunca le resultó cómodo. Muchas veces su presencia era innecesaria, y si esta era una de aquellas ocasiones no dudaría en regresar a su país.
-Es un honor que me invitaran a su país señor presidente, sin embargo, me interesaría saber antes que nada... ¿Cuáles son sus planes con este intercambio cultural?
El chico no pensaba quedarse en territorio del euroasiático sin un motivo, venía por trabajo no para pasear por las calles de Rusia como si fuera algún turista.
-По правде говоря, мы заинтересованы в укреплении деловых отношений с вашей страной. Мы увидели прогресс, достигнутый в последние годы, и хотели бы стать частью этого изменения (A decir verdad, nos interesa establecer relaciones comerciales más fuertes con su país. Hemos visto el progreso que ha habido estos últimos años y nos gustaría formar parte de este.)
Al final, la intriga del tricolor desapareció un poco cuando el ruso comenzó a sacar elaborados planes de comercio, en los que ambos países participarían recibiendo bastantes beneficios. Ahora parecía incluso interesado por lo que le proponían, y el viaje comenzaba a valer la pena.
Tras unos minutos más de conversación se dirigieron de nuevo hacía el automóvil. El ruso, de manera seria y calmada le explicó al latino que pasarían sus días en una cabaña pues era un lugar más reservado.
Así que ahí se dirigían, el ambiente callado era algo que empezaba a ser algo usual en compañía del de ushanka. Prefirió sacar su teléfono para distraerse con lo que fuera, al final terminó jugando con la calculadora todo el camino.
Tras media hora más, y casi acabar con la pila de su celular, finalmente llegaron a una bonita y espaciosa cabaña en el bosque.
La nieve cubría todo con un grueso manto blanco. La construcción, elaborada con una fina madera oscura resaltaba entre ese escenario pintado de blanco. De verdad el lugar era precioso.
No pasó mucho entre que el vehículo se estacionó y los hombres encargados del eslavo los ayudaran con el equipaje para posteriormente dejar a amabas representaciones solas. Definitivamente serían unos días bastante largos para el par de chicos
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