Día 6: La verdad

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Jueves 4 de agosto, Sunset Bay.

Parte 1 (Residencia Gallagher)

Esa tarde llovía torrencialmente, no es como si a Lucy le molestara, ella amaba las tormentas, el irregular movimiento de los árboles con el viento y el estruendo de los truenos. La rubia creía que los días así eran ideales para dos cosas: leer y dormir. Por supuesto, ahora que conocía a Connor, había una tercer cosa bastante entretenida que se le ocurría que podía realizar los días de lluvia.

A su lado,su padre conducía maldiciendo a regañadientes, no compartiendo en lo más mínimo la alegría de su hija.

-No entiendo por qué no puedes verlo otro día Lu, está lloviendo a cántaros.

-¿Lloviendo a cántaros? Wow, abuelito, devuélveme a mi padre- Bromeó ella arrancándole una sonrisa a su progenitor- Además, no es cómo si tuviera demasiado días más disponibles.

Ese último pensamiento la atormentaba la mayor parte del tiempo. Si bien su plan jamás fue privarse de pasar un buen momento con Connor, nunca imaginó que iba a doler de aquella manera. Iba a irse lejos, muy lejos, y si era lo suficientemente afortunada para volver a Sunset bay para reencontrarse con su mejor amiga y Connor no estaba ocupado con su novia de turno...quizás podían divertirse.

El simple hecho de imaginar al rubio en pareja con alguien más hacía que le den ganas de vomitar. Por supuesto que tenía todo el derecho de hacerlo y claro que ella le desearía lo mejor.

Lucy siempre le deseaba lo mejor a Connor.

Ella siempre le deseaba lo mejor a todo el mundo.

Es por eso que debía decirle la verdad de una vez por todas.

No podía evitar preguntarse qué hubiese ocurrido si su padre hubiera conseguido empleo allí, en su pueblo.

Bueno, quizás no hubiera conocido a Connor en primer lugar.

Pese a que haya durado solo una semana, estaría eternamente agradecida por haberlo conocido.

Lo querría por siempre. Lo amaría por siempre.

-¿Al menos tienes abrigo?

-Siempre.

-¿Y protección?

-¿Protección? ¿Para qué?- Edgar frunció el ceño y le dedicó a su pequeña una mirada cargada de significado. Él había visto a Connor, había visto cómo miraba a su hija, tenía pinta de ser ese tipo de hombre.Y no le agradaba, pese a que eventualmente Lucy comenzaría a...uf, no podía siquiera pensarlo.

-Para el sexo.

-¡Papá por el amor de Dios!- La rubia se tapó el rostro con las manos, convencida de que estaba roja como un tomate- No quiero discutir esto contigo.

-Solo dime que sí.

Lucy pensó que de seguro a su padre no le interesarían los detalles exactos de su vida sexual nula, de igual forma, aunque tuviera relaciones con el rubio, no era estúpida, lo único que quería llevarse de recuerdo de Connor a la costa Oeste eran muchos besos y alguna que otra sudadera, ¡No un bebé!

Connor abrió la puerta sonriendo de oreja a oreja, algo que había comenzado a hacer desde que la rubia apareció en su vida.

Y Lucy comprendió, casi al instante, que decirle la verdad iba a ser mucho más difícil de lo que se hubiera imaginado jamás.

-¿Me extrañaste?- Él siempre la recibía así, bromeando, y su amiga solía reírse, pero esa vez no lo hizo, sencillamente le dedicó una sonrisa torcida, del tipo que le dedicas a una criatura moribunda. Connor no lo notó, estaba tan ensimismado en todo lo que quería contarle a la rubia que pasó todas señales por alto.

Siete días (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora