Día 5: Tiempos de amor junto al lago

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Lucy intentó recordar la última vez que se sintió tan observada en su vida y no, jamás le había ocurrido. Recorrió su ropa con la mirada intentando buscar rastros de comida y se acarició su cabello corroborando que todo esté en su lugar hasta que comprendió que el motivo de tantas miradas no era realmente ella, sino el muchacho que la acompañaba.

-¿Qué tienes?- Por supuesto, él estaba acostumbrado a atraer todo tipo de miradas, era alto, guapo y en línea general, perfecto.

-Todos nos miran- Connor sonrió enternecido por la mirada preocupada de su acompañante y deseó que por un segundo tuviera la capacidad de verse a sí misma a través de sus ojos.

-Yo digo que les demos algo de qué hablar.

-¿De qué hab...- Pero no pudo terminar pues antes de finalizar la oración Connor atrapó sus labios en un beso corto que dejó su cabeza dando vueltas unos segundos. Bueno, para ser justos, todos los besos del muchacho le provocaba aquello. Aún no podía creer que tenía tanta suerte de haberlo conocido.

Connor era un caballero con pocas personas, y afortunadamente para Lucy, se encontraba entre la corta lista que consistía en dos personas. Ordenó unas palomitas grandes y se negó a aceptar el dinero de la muchacha alegando que "la próxima invitaría ella" para estar a mano.

Con ese pensamiento en mente, Lucy se prometió a sí misma que no pensaría en el asunto de la mudanza en toda la tarde, se prometió que disfrutaría el momento junto al muchacho en paz, entre besos y carcajadas.

Una vez sentados en el cine, Connor se dió cuenta de lo fuera de su estanque que se sentía. La última vez que fue al cine con una mujer hicieron cualquier cosa excepto mirar la película, incluso lo habían tenido que expulsar de la sala, con los pantalones casi bajos y el orgullo destrozado. No, no era un tipo inteligente para tomar ese tipo de decisiones. Sin embargo, observando de refilón a la rubia que sonreía expectante a la espera de la película, se dió cuenta de que no tenía ganas de hacer lo mismo. Si, por supuesto, tenía ganas de algún día acostarse con Lucy, de hecho no recordó la última vez que tuvo tantas ganas de hacer algo, pero no allí, quería que sea en un lugar especial.

Algo de película, como ella bien se merecía.

-Me estás mirando mucho, Gallagher- Dijo ella sin mirarlo, no necesitaba hacerlo, ya estaba casi acostumbrada al intento escrutinio del muchacho.

-Eres hermosa- Ahí sí, necesitó mirarlo a los ojos.

-Tu no estás nada mal tampoco- Connor rió.

-Es el peor cumplido que me han hecho en toda mi vida.

-De seguro has tenido cumplidos de sobra, supongo que no he herido tus sentimientos.

-Pues sí, un poco- Impulsada por la felicidad de estar allí con él, ella se acercó juguetonamente al rostro del muchacho sin besarlo pero lo suficientemente cerca de sus labios como para hacer que sienta el deseo de hacerlo. Luego, muy despacio, presionó levemente sus labios a la oreja del rubio.

-Creo que tengo ganas...- Connor, prácticamente en llamas despidió de una patada su caballerosidad y se dijo a sí mismo que se la llevaría de la mano al baño si le dijera que sí.

-¿De..d..de qué?

-Pues de ver la película- Lucy le lamió la mejilla, rompiendo con el momento incómodo y nuevamente dirigió su mirada a la pantalla.

-No es justo.

-La vida no es justa- Dijo llenando su boca de palomitas de maíz- ¡Ya va a comenzar!

Siete días (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora