Parte 3

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Parte 3.

Sus amigos habían desistido de insistir en que abandonara la idea del patronus. En parte porqué Pansy dejó de practicar el hechizo a medianoche (para alegría de Daphne) cuando el resto de sus compañeras querían dormir y en parte porqué se ponía realmente furiosa cuando le recordaban sus nulos avances (y ya habían pagado caro sus desalentadores comentarios). Pansy aún seguía practicando en el desayuno pero poco a poco sus amigos fueron acostumbrándose o acababan ignorando la escena.

A nadie había confesado que practicaba con Hermione (ciertos días en que coincidían las horas libres de ambas o en las noches en las que patrullaban los pasillos) pero a ninguno de los audaces Slytherin se les escapó que las dos se sonreían y saludaban felices cuando se cruzaban por los pasillos.

—¿Granger?—preguntó Daphne después de ver que Pansy saludaba a Hermione muy contenta—¿Qué asuntos tienes con Granger? ¿Le estás pagando para que te haga los deberes? ¿Por eso han subido tus notas con McGonagall?

Algo de razón tenía Daphne, pero Pansy no iba a reconocerlo. Sí, solía reunirse con Hermione en la biblioteca algunas tardes y ella le ayudaba a corregir sus ensayos o practicaban los hechizos desilusionadores (que a Pansy tanto le costaban). Por supuesto que Parkinson no pagaba ni amenazaba a Hermione por su ayuda, Hermione lo hacía porqué le gustaba ayudarla y, en sus propias palabras, había dicho que era más fácil estudiar con Pansy que con Harry o Ron: "tú me escuchas y podemos aprender juntas. Harry y Ron solo esperan que los deje copiar de mis trabajos".

Era raro, pero a Pansy realmente le gustaba estar con ella. Ya hasta se podría decir que eran amigas.

—No te importa.

—¿Qué te traes con ella?—insistió Daphne—. Unos alumnos de tercero me han dicho que estás con Granger siempre en la biblioteca. ¿La amenazas? ¿Le pagas por las tareas?

Pansy no contestó y apuro el paso hacia el salón de encantamientos, dejando a Daphne furiosa por haberse quedado hablando sola.

La tarde del sábado Pansy fue a la biblioteca. Hermione y ella habían quedado en estudiar juntas y repasar algunos hechizos, además, Pansy le pidió ayuda para acabar con una redacción de Transformaciones sobre los hechizos transfiguradores que no terminaba de convencerla. Llegó a la hora pactada y se la encontró sentada en una mesa, solo acompañada por los libros repartidos por toda la mesa. Se acercó.

—Hola Granger.

Hermione levantó la vista y le sonrió.

—Hola Parkinson.

Pansy ocupo una de las sillas al frente de Hermione, dejo su mochila en la mesa y empezó a vaciar su contenido. Saco un rollo gastado de pergamino de al fondo y se lo mostro a Hermione. Ella lo tomó encantada y empezó a leerlo.

—Te ha quedado un poco floja—observó Hermione después de un rato y cogió la pluma que tenía al lado. La mojó de tinta y empezó a hacer tachaduras y escribir en el pergamino de Pansy—¿Leíste el libro...?

Guía de la transformación, nivel superior... Sí y eso es todo lo que conseguí—dijo Pansy echándose desanimada sobre la mesa.

Hermione continuó en silencio corrigiendo el trabajo de Pansy hasta qué, después de un rato, al fin soltó la pluma y le devolvió el pergamino a su dueña. Pansy estaba maravillada.

—¡McGonagall no podrá castigarme!—grito Pansy sosteniendo feliz el pergamino.

—¿Te castiga?—preguntó Hermione haciéndole señas para que baje la voz. La señora Pince las veía molesta—¿Por qué te castigaría si siempre presentas los deberes?

PatronusWhere stories live. Discover now