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Algunos cuentos tienen moraleja, otros solo rompen corazones.

Algunas Cenicientas son rubias, con ojos azules y corazones negros. Algunos príncipes no escuchan, o no bajan al pueblo a probar zapatos.

Hay quien aún cree que la Cenicienta de este cuento no vive, y que el príncipe ha muerto.

Pero la realidad no es así, la realidad está en cuadros que una princesa rebelde pintaba, en canciones que el príncipe componía, en la mansión que antes se limpiaba y ahora está abandonada. La realidad está en la última entrada al baile. Y en la última canción.

No bailaron, es verdad. El día de él recorrido que acabó, o hizo empezar, esta historia. La música sonó, para los adolescentes en plena pubertad que no se perderían, ni dejarían pasar ni una canción.

La realidad, tan corriente y tan repetida, no se contará esta noche.

Porque hoy a las doce, quizá empiece un cuento.

Goodbye DarlingWhere stories live. Discover now