Él se despertó y luego, cuando el oxígeno empezó a faltar y la noticia le golpeó la cabeza, prefirió no haberlo echo.
La máquina empezó a pitar, y todos corrieron a salvarle la vida al que ya estaba muerto.
No literalmente, porque siempre tiene que haber un jodido en las historias.
Y pasaron las semanas, en las que el accidente no hacia más que repetirse en su cabeza y buscaba la cámara oculta que le había echo creer que todo era una broma.
Pero no la había.
Porque las metáforas nacen del dolor, y al destino le gusta ver sufrir.
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Goodbye Darling
RomanceY entonces dejas de mirar y en esa milésima de segundo ya has perdido el control de todo,de tu vida, del coche, de ella.