Tenias que ser tu |Montgomery de la Cruz|

Hermana desconocida

Al acabar las clases, espere a Monty en su coche y fuimos a comer. Al parecer el quería tener un detalle conmigo, tan lindo.

-Creí que no tenias tiempo para mi- dijo haciendo una lagrima falsa mientras entrabamos al restaurante-

-Para nada, solo estuve un poco liada.

-en que, últimamente estas muy rara- dijo Monty una vez estábamos sentados-

-La policía quiere interrogarme por la muerte de Bryce- dije mirando el menú-

Note como la expresión de la cara de Monty se torno a seria y vino el camarero, ordenamos y seguimos hablando.

-¿Para que quieren interrogarte a ti?

-Creen que yo le maté- dije sin rodeos-

Monty se atraganto un poco con el agua y me miro.

-Eso es una tontería.

-Ya, pero tengo que hacerlo.

-No te disgustes- dijo acariciando mi mejilla- yo te haré olvidar las penas.

-Monty, las penas se olvidan con alcohol- dije riendo-

-Hazme caso, soy mucho mejor que el alcohol.

-¿Seguro?- dije robandole un poco de su comida-

-¡Oye! ¡Pero bueno!- dijo mirándome mientras sonreía-

-Lo que se da no se quita- dije riendo-

-Es justo que estemos igualados- dijo pagando y yendo hacia la puerta- ¿No?

-Agh vale- dije sonriendo- ¿Que me quieres robar?- dije una vez estábamos en la calle-

-Esto- dijo Monty acorralándome en una pared y dándome un beso, que obviamente correspondí-

-Vaya, al final resulta que si vas a ser mejor que el alcohol- dije mordiendo mi labio- ahora tengo curiosidad  de ver tu forma de hacerme olvidar las penas.

No paso ni un segundo para que Monty me llevara al coche y comenzara a conducir, teniendo como destino su casa. Al bajar el vino hacia mi y comenzó a besarme salvajemente mientras intentaba abrir la puerta d su casa, algo bastante difícil por cierto. Cuando conseguimos entrar fuimos hasta su cuarto y el cerro la puerta, y bueno... empezó la fiesta.

Solo digo que estuvimos toda la noche en su habitación, y quemamos bastantes colorías, ya que Monty es una maquina. Vale olviden ese chiste espontaneo.

En la mañana, me levante y sin abrir los ojos toque al otro lado de la cama tratando de encontrar a Monty, pero no estaba. Mirando cada rincón de la casa llegue hasta la cocina y me encontré a Monty haciendo el desayuno.

-Buenos días rey- dije abrazándole desde atrás como una niña pequeña-

-Buenos días reina- dijo dándose la vuelta y besándome-

-En la cocina no por dios- dijo una voz femenina-

Al girarme pude ver a una chica apoyada en la puerta con una sonrisa burlona.

-Estela, dios creía que no estabas en casa- dijo Monty- y deja de dar esos sustos, que pareces un fantasma.

-Vale rebelde, no te asustes- dijo mirando a Monty- ¿No nos presentas?

Pude notar como Monty hizo un facepalm mental.

-Tn, esta es Estela, mi hermana- dijo Monty- y si me disculpáis, voy al baño.

Monty se fue al baño y me quede con Estela.

-Tn, Tn- dijo Estela apoyada en la mesa de la cocina- o debería llamarte cuñada.

-Como quieras supongo- dije sonriendo-

-Menuda nochecita eh- dijo sonriendo-

-¿De que hablas?- dije haciéndome la tonta-

-Cariño, paredes frágiles, llevo aquí desde ayer, se escucha todo.

-Oh dios- dije mientras la vergüenza se apoderaba de mi cuerpo-

-Si, no parabas de decir eso anoche- dijo riendo.

Note como el calor subió a mis mejillas y justo llego Monty.

-Ya estoy aquí- dijo haciendo su aparición lo mas notable posible- ¿Me he perdido algo?

-No, nada- dijo Estela- me gusta tu novia.

-A mi también me gusta mi novia- dijo Monty mirándome-

Oh, que lindo- dije dándole un beso- a mi también me gustas.

Mi cerebro hizo click, seguramente no debería hacerlo, pero soy tan impulsiva que no iba a parar.

-Estela, me caes bien, eres guapa, tienes buen pelo- dije cogiendo mi chaqueta y sacando la otra invitación que me dio Grace- así que esto es para ti- dije dándole la invitación-

-Oh, gracias, iré encantada- dijo sonriendo y tocando su pelo- es pelo Pantene por cierto-

Los tres reíamos y por primera vez en mucho tiempo, me sentí feliz. Pero mi felicidad duraría poco.