Tenias que ser tu |Montgomery de la Cruz|

12.

Monty accedió y conoció hasta su casa, al bajar del coche escuche unos gritos y acto seguido el sonido de una botella rompiéndose.

Mire a Monty y evito mi mirada, parecía avergonzado. Mo acerque a el y le di un beso en la mejilla.

-Tranquilo, no pasa nada.

Note como se relajo un poco y me plante delante de la puerta. Toque el timbre y escuche unos pasos. La puerta se abrió bruscamente y un hombre estafa delante de mi, supuse que era el padre de Monty.

-Buenas noches Señor de la Cruz- dije lo mas amable posible-

-¿Quien eres tu?- el señor me miro con el ceño fruncido y acto seguido fijo su mirada en Monty-

-¡Aquí estas! ¡Ven aquí ahora mismo! ¡Puto delincuente de mierda!

Las palabras del padre de Monty me dejaron de piedra. ¿Cómo alguien trata así a su hijo?

-Señor, si me lo permite me gustaría hablar con usted- dije intentando calmar el ambiente-

Me prepare para recibir un portazo en lacara, pero en su lugar el padre de Monty nos dejo pasar. Me guio al salón y me senté en el sofá junto a Monty.

-¿Y bien?- dijo el padre en tono despectivo-

-Soy Tn, Tn Atkins y se lo que le hace a su hijo- dije con la poca valentía que me quedaba en el cuerpo-

El padre de Monty señalo las escaleras y miro a Monty.

-A tu cuarto.

-Pero papá...- Monty fue interrumpido-

-¡A tu cuarto joder!- dijo dando un golpe en la mesa-

Monty se levanto sin decir nada. Me miro por ultima vez y ando hacia las escaleras, subiendo los peldaños de estas. 

-¿Que sabes tu? Tu no sabes nada- dijo cuando se aseguro de que Monty no estaba-

-Se mas de lo que me gustaría, Señor de la Cruz.

-Aun así- dijo acercando se peligrosamente a mi- ¿Qué piensas hacer?

-Denunciarle- dije apartándome de el-

-¿Como dices?

-Su hijo le puede denunciar por malos tratos- dije cruzando mis brazos sobre mi pecho- o lo puedo hacer yo.

-¿Tu? No tienes pruebas.

-Tengo las suficientes.

-¿Como cuales?

-Los golpes de Monty- dije contando con los dedos- el palo con sangre y sus huellas en el palo.

El hombre apretó la mandíbula y yo me levante del sofá.

-La decisión es suya, elija bien- dije y ande hacia la puerta-

-¡Espera!- grito el padre de Monty-

-¿Si?- dije girándome sobre mi misma-

-Estoy dispuesto a cambiar, pero no me denuncies, por favor-dijo en un tono de suplica-

Puse mi rostro mas serio- aunque por dentro estaba eufórica- y le tendí mi mano al padre de Monty.

-Un placer hacer negocios con usted.

El hombre acepto mi apretón de manos y yo salí de la casa feliz. Orgullosa de mi misma y pensando en que Monty no iba a sufrir mas maltratos.