Capítulo 16: Momentos de amor

Comenzar desde el principio
                                    

—Para que la princesa del mar y la de las harpías den el paso por fin.

León sonrió con picardía y complicidad.

—¿Qué quieres que haga?

El plan era sencillo, solo tenía que sacar a bailar a Lizzy, y ella a Morgan. En el caso del hada, casi pareció que la arrastró hasta la pista, ya que no quería bailar, pero no le dio opción. Bailaron un poco, muy cerca de la otra pareja, hasta que León y Roxy las hicieron girar, el hada tomó la mano de Lizzy y la unió a la de Morgan. Morgan se sonrojó y Lizzy le sonrió ampliamente, tomándola de la otra mano para seguir bailando con ella.

—Si querías bailar conmigo solo tenías que pedirlo —dijo la sirena.

Morgan no fue capaz de contestar por la vergüenza, así que solo apretó más su mano y siguió bailando con ella, provocando que esta sonriera.

Al ver que no hubo réplica por parte de ninguna, León y Roxy chocaron las manos, victoriosos. Había sido más fácil de lo que esperaban.

En las mesas, Shuri, Lana, Eric y Wato se encontraban sentados observando a la gente bailar. Wato miró a Eric, apreciando algo de nostalgia en sus ojos. Claramente, echaba de menos a Greg y se sentía algo solo allí.

—Oye, ¿quieres bailar? —le preguntó de repente.

Eric se sobresaltó un poco, bastante sorprendido, no esperaba aquella pregunta.

—Yo... —Dudo antes de contestar—. Claro. Me encantaría.

Wato le tendió la mano como todo un caballero y Eric la tomó algo avergonzado, para ir con él a la pista. Shuri los observó con algo de curiosidad y después miró a Lana. ¿Y si la sacaba a bailar?

—Lana...

—No sé bailar —lo interrumpió la chica, suponiendo lo que diría.

—Yo tampoco, pero siempre hay una primera vez. —Lana lo miró con intriga—. ¿Lo intentamos? ¿O te da miedo?

Lana casi se echa a reír por aquella provocación. «¿Soy tan fácil de descifrar?», se preguntó. Shuri ya había aprendido que la mejor forma de animar a Lana a hacer algo, era retarla y decir que no podría hacerlo. Porque Lana nunca rechazaba un reto y jamás perdía.

—Vamos.

Tomó la mano de Shuri con total confianza y lo llevó hasta la pista, dejando al mago bastante ruborizado por su atrevimiento.

León observó a todos sus amigos, feliz por las posibles futuras parejas, pero algo melancólico. El año pasado tuvo uno de los momentos más bonitos de su vida bailando con Brandon. Fue un momento muy dulce, como de cuento, lo que siempre había soñado. «Quiero llamarle» pensó. Pero en este momento lo mejor que podía hacer es guardar distancia, no quería implicarlo en sus mierdas.

—Tú también lo extrañas, ¿verdad? —le preguntó Peter.

—Sí —se sinceró León—. Conocí a Brandon en la fiesta de bienvenida del año pasado.

—Siento lo vuestro. Quizá no era el momento.

—Supongo. Imagino que extrañas mucho a Beck.

—Y más aquí. El año pasado me compuso una canción y me la cantó delante de todos, y nadie se dio cuenta.

—¿Era para ti? —Peter asintió—. Claro, ahora tiene sentido. Qué romántico.

—Sí, es el mejor. —Sonrió nostálgico—. Lo echo mucho de menos.

«Y yo a Brandon» pensó León.

Di terminó de cantar y Lex corrió a las escaleras del escenario para recibir a su novio con un beso y un fuerte abrazo. Peter y León sonrieron, realmente felices por la pareja.

—Ya era hora —comentó León.

—Son tal para cual.

—Sí. —Pusieron música más movida para bailar y León reconoció la canción enseguida, le gustaba mucho—. Oye, ¿bailamos un rato?

—¿Delante de todos?

—Oh, vamos, te he visto hacerlo antes. —León lo agarró de la muñeca y lo llevó a la pista—. Venga saca tus pasos prohibidos, Evans.

León comenzó a bailar abriéndose paso en la pista, sacando algunos de sus mejores pasos, retando a Peter a sacar los suyos. Al principio le dio algo de vergüenza, pero se dejó llevar por la música y empezó a bailar. Comenzaron a hacerles corrillo alrededor y se abrió un círculo en la pista, para que la gente saliera a mostrar sus pasos. Todo el grupo fue saliendo a mostrar algún paso, algunos con su pareja, y otros con amigos. En el estribillo bailaron todos juntos, ya que muchos conocían esa parte de la coreografía del videoclip.

El profesor Peters se pasó por allí y observó a los chicos, feliz porque estuvieran tan animados. Cuando lo divisaron, las chicas se juntaron para hacer parte de la coreografía que les había enseñado en la prueba de nivel, haciendo reír al profesor. Comenzaron a gritarle, animándolo a ir al centro del círculo a bailar con ellos, y al final terminaron bailando junto a él.

Los directores y profesores se rieron por la escena, la conexión que Peters tenía con los alumnos era casi mágica, y a todos les cautivaba su presencia.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La magia de Avalon: Mestiza [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora