Capítulo 2: Ya pasara

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Margarita llegó a Avalon por la tarde, junto a Delia, que había insistido en acompañarla hasta la escuela Norte.

—Vaya —exclamó impresionada al contemplar el nuevo edificio—, se ve increíble.

—Me gusta más que antes —comentó Delia.

—Claro, —Tomó sus manos—, porque antes era demasiado cursi para ti.

—Si no me gustara lo cursi, no me habría casado contigo.

Margarita sonrió y le dio un beso en los labios. Odiaba separarse de ella, pero su vocación la obligaba a permanecer en la escuela Norte, debía estar para los niños las veinticuatro horas. Aunque los últimos meses habían comentado la posibilidad de que Delia se mudara con ella, así al menos se verían por las noches.

—Te quiero.

—Y yo a ti, florecita.

—¡Cuánto amor! —exclamó Peters burlón, apareciendo junto a Vanyan—. Creo que vomitaré otra vez.

—¿Cuándo fue la primera? —preguntó Margarita.

Peters observó, divertido, a Vanyan.

—Bueno, ya no sois los únicos tortolitos de Avalon. —Le dio un codazo al elfo.

Vanyan apartó la mirada, ocultando su vergüenza, mientras las chicas reían. Peters se acercó a ellas y las abrazo.

—Mi pareja favorita. ¿Cómo estáis?

—Hey, ¿no éramos Darion y yo tu pareja favorita? —preguntó su hermano, ofendido.

—Ellas llegaron primero.

—Chincha —se rio Margarita, guiñándole el ojo.

Vanyan sonrió por la broma, lo cual en otro tiempo habría sido imposible. De hecho, ya les estaría exigiendo que se pusieran a trabajar. Sin duda, las cosas habían cambiado mucho, y para mejor.

—Yo me voy —dijo Delia—. Debo ir a burlarme de Darion. Digo, a... ¿trabajar?

Peters le chocó el puño entre risas y Vanyan rodó los ojos.

—Adiós, cariño. —Margarita abrazo a su esposa—. Me llamas cuando llegues.

—Sí. —La besó—. Te quiero. Adiós. —Besó su mano—. Adiós, chicos.

Peters y Vanyan se despidieron con la mano y comenzaron a andar hacia el edificio.

—¿Ya estamos todos? —preguntó Margarita.

—No. Luy llegará mañana con su primo —contestó Peters.

—Y Reverty también —añadió Vanyan—. Lizzy está con Sierra, llegó hace unas horas.

—Oh, pues me doy prisa, quiero ver a mi niña.


Peters ayudó a Margarita a acomodar sus cosas, mientras Vanyan buscaba a Lizzy. Era evidente que el mago quería hablar con ella a solas.

—Estás preocupado —afirmó la enfermera.

—¿En qué lo has notado?

—A veces eres un libro abierto. Se te ve nervioso. —Se sentó a su lado—. ¿Qué pasa?

Peters suspiró.

—¿Entre muchas cosas? Roxy.

Margarita se sintió enternecida.

—Te preocupa.

—No me parece buena idea. Está de luto, Margarita. Y con todo lo que tiene encima, ponerle más presión solo lo empeorara.

La magia de Avalon: Mestiza [Libro 2]Where stories live. Discover now