Capítulo 11: Parte del pasado

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Peters se topó con Vanyan al salir de la habitación. El elfo iba distraído, revisando una carpeta.

—¿Acabas de comer y ya estás trabajando? Haz la digestión, hombre.

—Te recuerdo que tú también tienes trabajo.

—Lo sé, lo sé. Recibir al nuevo profesor de prácticas.

—¿Has leído su informe?

Peters apartó a Vanyan para que no se chocara mientras bajaban las escaleras. Este apenas se inmutó y siguió apuntando algo en unas hojas de la carpeta.

—Gracias.

—Tranquilo, yo me encargo de que no te mates por el camino.

—¿Has leído el informe o no?

Peters rodó los ojos.

—Qué sí, lo he leído. Un chico muy majo. Antiguo guerrero de élite condecorado. Perdió la pierna en una batalla.

—Qué bien. —No parecía escucharlo.

—¿Sabes? Te noto agobiado.

Vanyan resopló.

—Cosas de subdirector. Procura ser claro con el nuevo, no quiero problemas, y a la mínima cosa rara, avísame. Yo tengo que ir a hablar con la directora.

—¿Y por qué has bajado hasta aquí?

—¿Bajar? —Vanyan miró a su alrededor y maldijo en sus adentros por el despiste. El despacho de la directora estaba arriba—. Agg. ¿Por qué no me has avisado?

—Yo que sé a dónde te diriges. ¿No vas a saludar al nuevo?

—Estoy delegando. ¿No me decís siempre que aprenda a hacerlo? —Le dio una palmadita en el brazo—. Suerte.

Peters soltó un suspiro y se dirigió a la salida. Al otro lado de la barrera ya lo estaba esperando el nuevo maestro.

—¿Josh?

—Sí. —El hombre lo miró.

—Hola, soy Peters. Bienvenido a Avalon.

Se estrecharon la mano.

—Hola, es un placer.

—Siento haberte hecho esperar.

—Qué va. Es que he llegado pronto. No tenía claro cuánto tardaría desde la zona de recogida.

—¿Te ha costado llegar?

—Para nada, es sencillo.

Peters se rio, algo avergonzado, al recordar que él se perdió al principio.

—Ya, bueno. Pasa. La barrera es nueva, está configurada para que solo los alumnos y maestros de Avalon puedan entrar. Bueno, y los hariballs. Nos avisa si alguien sale o entra, y detecta a cualquier intruso si consiguiera cruzarla.

—¿Cómo si alguien estuviera siendo suplantado o algo así?

—Exacto. También es útil para tener controlados a los alumnos, y asegurarnos de que regresen por las tardes.

Caminaron por el patio hasta el edificio y Josh fue observando su alrededor. Varias alumnas saludaron muy amablemente a Peters por el camino.

—Avalon es muy bonito —comentó Josh—. Y las alumnas muy educadas, al parecer.

Peter se rio.

—Hay de todo. Me llevo bien con ellas.

«Alto, guapo, simpático. No lo dudo» pensó Josh. Como guerrero era desconfiado, y consideraba que la gente como Peters solo podía ser de dos formas: o verdaderamente era tan bueno como bobo, o todo era pura fachada y escondía un lado horrible. Ya se vería cuál de los dos era.

La magia de Avalon: Mestiza [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora