Ese gesto le dejó en claro una cosa: confiaba en él, incluso más de lo que el mismo Kazuya quisiera. Así que sí, sin pensarlo, saltó frente a él para defenderlo ante la primera acusación. "El perro blanco ha delatado nuestra posición" había gritado Zono al lanzarse sobre él. Soltó el primer puñetazo, Miyuki lo esquivó y, él como tonto, respondió. Su mano impactó en el rostro de Maezono haciéndolo trastabillar. Sorprendiendolo lo suficiente para que dejara de pelear.


—¿Qué diablos te pasa, Bakamura? —Gritó. Su desconcierto era compartido por todos los demás porque nunca, bajo ninguna circunstancia, Eijun levantó la mano contra sus compañeros.


¿Qué demonios estoy haciendo? Estuvo a punto de disculparse, pero, antes de hablar, lo vio. Y entonces lo supo, Eijun quería protegerlo. Porque, aunque era increíblemente ridículo tratar de resguardar a un hombre adulto, hecho y derecho, él intuía que Miyuki no tenía a nadie. En eso eran iguales. Por eso lo entendía, comprendía lo difícil que era tratar de seguir con ese sentimiento de soledad a cuestas, teniendo que cuidar tu espalda de todo y de todos, sintiendo que peleas solo contra el mundo. ¡Dios, debo estar loco!


—Yo creo en él. Sé que es inocente. —Enfadado, Zono se dio la vuelta.


—Espero, Sawamura, que el fuego que tanto proteges, no te vaya a quemar. —Murmuró Kuramochi. También espero que él no nos vaya a traicionar.


—No es tiempo de repartir culpas —acotó Chris que recién iba llegando —lo que necesitamos es buscar al intruso. Acortar las distancias y evitar que revele nuestra ubicación. Vayan a las caballerizas, los caballos están listos. Cazaremos a un perro blanco.


A Eijun le dio un vuelco el estómago. Él estaba obligado a participar en la misión y, por obvias razones, Miyuki no podía hacerlo. ¿Qué pasaría con él?


—Nadie te custodiará, estúpido perro blanco, si piensas escapar, es la única oportunidad que tendrás de hacerlo. —Le dijo Kuramochi, antes de tomarlo de la mano y arrastrarlo hacia las caballerizas. Eijun no le dio una última mirada a Miyuki, tenía miedo de que, de hacerlo, firmará el adiós definitivo.


Toda la noche habían estado buscando al intruso. No encontraron nada. Parecía que se lo había tragado la tierra. Por ello, se sentía decepcionado y muy cansado. Iban llegando a la fortaleza. Llevó al caballo a su corral. Saludo con una media sonrisa al nuevo mozo. Fue hacia su cabaña arrastrando los pies. Tenía miedo de abrir la puerta y ver que Kazuya se había ido. Sin embargo, tampoco tenía la energía para ser un cobarde y huir a las múltiples tareas que lo esperaban. Resignado, con el corazón trastabillando en el pecho, entró a su morada. No hay nadie. No esperaba eso, la ausencia le dolió. Y, luego de un rato, el dolor se convirtió en furia.


Mientras se desnudaba, comenzó a maldecirlo. —¡Estúpido general inútil, ¿para qué demonios me tomé la molestia de defenderte?! Imbécil. Zoquete. Mequetrefe. Subnormal. Memo. Idiota. Cretino...


—¿Acaso le estas rezando a tu dios para que me traiga de regreso?


Eijun gritó, asustado. —¡Estúpido mapache! No aparezcas de la nada. —Murmuró, bajito. Mitad aliviado, mitad preocupado. Se quedó.


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⏰ Last updated: May 22, 2020 ⏰

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Lucha o Vuelo [MiSawa] [DNA]Where stories live. Discover now