Un Amor Entre Psicopatas - Camren

Capitulo VII

:- ¿Puedes comprarme un oso después?- parpadeo un par de veces, volviendo a la realidad cuando el zumbido de mis oídos desaparecen al escuchar la voz aguda de Clarisa

:- Claro que si linda, te dije que te compraría todo lo que quisieras ¿te gusta algo de aquí?- Le sonreí-

La pequeña asintió alegremente, dejamos las bolsas en la barra donde una de las encargadas nos dio una llave con un numero donde había guardado nuestras compras anteriores, ya Clarisa se había acercado a una blusa con estampado de lentejuelas con timidez, sus ojos me observaron unos segundos, yo asentí y sonreí tratando de alentarle para que lo tomara.

:- Vamos, ya te lo dije, tu escoge lo que te gusta que yo te lo comprare - tan solo dije y ella sonríe tomando la blusa

:- Esto es demasiado- Ally hablo a un lado de mí, me gire hacia ella y la mire detenidamente, sus ojos mostraba el nerviosismo que sentía, la conocía demasiado bien.

:- Tranquila, después de comprarle lo que quiere de esta tienda nos vamos ¿Te parece? –Ella asiente para luego irse a ayudar a la niña quien llevaba muchas camisas al probador de la tienda

Minutos después ya nos estábamos dirigiendo hacia la salida de la tienda después de haber pagado la ropa que la niña había elegido, en el momento en que puse un pie fuera de la tienda un cuerpo chocó con el mío, mi impulso fue empujarlo en cuanto me tocó, ni siquiera lo pensé y no me preocupe en lo que pudiera pasar; haciendo que cayera al suelo, las personas del alrededor se detuvieron, mis ojos observaron a la persona en el suelo, era un chico de unos 20 años de piel blanca, no me acerque a ayudarlo, en cambio Ally si lo hizo. Ella tan amable como siempre.

:- fíjate por dónde vas, pudiste haber lastimado a la niña- hable y mi voz salió dura, la mirada del chico me miró por unos segundos parpadeando, parecía que no  asimilaba todavía lo que había pasado. Yo sujete con algo de fuerza la mano de Clarisa.

:- uh, si lo siento- bufé molesta, y rodé los ojos al oírlo mientras se levantaba con la ayuda de Ally. Clarisa soltó un estornudo que me pareció tierna. La observé mientras ella se cubría más con la bufanda.

:- Esperemos que no hayas pescado un resfriado, pequeña no quiero que te enfermes- dije con un poco de preocupación, pero clarisa negó. Volví a mirar hacia al frente, viendo cómo la persona que había empujado estaba mirando a la niña con curiosidad, Ally lo noto y se acercó a Clarisa para tomar su otra mano y empezar a caminar, yo empecé a seguirlas y la gente de alrededor seguían su rumbo.

:- ¡Oye, tu! ¡Detente! - era otra vez aquel chico que ya estaba tocando el límite de mi paciencia- ¡Detengan a esas chicas! ¡Llevan a la niña del alcalde! ¡Policía! ¡Ellas secuestraron a la niña! –empezó a gritar, alertando a todos

Nos detuvimos en seco al escuchar lo último que dijo ya que se vería sospechoso si seguíamos avanzando, mi mirada se fue contra los policías que estaban minutos atrás merodeando por el lugar, pero que ahora se acercaban hacia nosotras, la niña se escondió detrás de mí, Ally tan solo miraba a las personas chismosas que se pararon a ver la situación, se estaba alterando, pude notar como sus manos estaban temblando

:-No te presiones, vas a delatarnos -susurre tan bajo que apenas pudo escucharme- solo respira - Ella asiento mirándome, las personas se hacían a un lado dejando ver a los policías, el chico se había acercado lo suficiente como para tocar a la niña- no te atrevas a tocarla, solo dejare que la policía lo haga

:- ¡Está es la hija del alcalde! –vuelve a decir para luego intentar volver a tocar a la niña

:- Nosotros somos los que daremos ese veredicto, así que permiso, no estamos para estupideces- ellos se acercaron a la niña, alejando al chico quien tenía una expresión seria, uno de los policías le quitó el gorrito a clarisa  y la bufanda en un segundo y ella con miedo dirige su vista a mí, haciendo que solo la vieran unos segundos. Las radios de los policías sonaron con un código entre ellos, me contuve de poner los ojos en blanco al oír lo que decían, porque podía entenderlo y con esto confirmaban mi pensamiento sobre ellos ¡idiotas!