Capítulo IV

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Camila POV:

No saben lo genial y satisfactorio que se siente el levantarse después de crear la mejor obra de arte la noche anterior, hace que sienta una gran felicidad el recordar como mi victima suplicaba para que la dejara libre, pobre ingenua que creía convencerme con gritos y lágrimas corriendo por su rostro ¡JA!, aunque algo me arruinaba la felicidad este día y era aquella ojiverde que deje sin asesinar, todavía no me entra en la cabeza la razón por la cual la deje vivir, pero no me preocupaba mucho porque pronto acabaría con su miserable vida y  con sus horrendos “asesinatos”. Son las 1:30 de la tarde y apenas me levanto de mi cama para hacer mi rutina mañanera y luego ir a desayunar, tenía que aprovechar la suculenta carne humana que saque de aquella actriz de Disney
Ya en la cocina comencé a sacar algunos de los órganos que todavía me quedaban en la nevera, entre ellas un pulmón y su corazón, empecé a cortarlos en pequeños cuadros para luego echarlos en la olla y comenzar a condimentarlos para hacer una rica salsa con ellos, luego saque el muslo de su pierna derecha para sacar rodajas de bistec y empezar a freírlo, al terminar, todo esto lo acompañe con pasta a la linguini, a la cual le eche aquella salsa y una ensalada que había preparado el día anterior

Al servirme todo esto ya estaba lista para sentarme a comer, escucho a lo lejos como tocan la puerta de mi hogar, cosa que me pareció un poco raro ya que casi nadie me visita, me he ganado una buena reputación que ha mantenido lejos a mis vecinos, deje mi plato servido en la mesa del comedor, limpie mis manos y fui directamente a abrir, encontrándome con alguien que llevaba tiempo sin ver

:-Pa... papá que haces por aquí? -digo con sorpresa, él casi nunca me visitaba porque siempre estaba ocupado en alguna de sus iglesias. Si, mi papá es un sacerdote, irónico ¿no lo creen?

:-Pues vine a visitar a mi hija consentida -sonríe con ternura- me dejaras pasar?

:-Soy la única que tienes, pero si pasa, estaba a punto de comer – digo con seriedad mientras me hago un lado para que el por fin pudiera entrar a mi residencia

Déjenme contarles bien la historia para que entiendan mejor un poco de mi vida, El es Alejandro Cabello, dueño de las cinco iglesias más reconocidas a nivel nacional, está casado con Sinue Estrabao, mi madre, quien fue monja en una de las iglesias de mi padre y que sin querer entre ellos surgió el amor y es ahí donde nací yo, Camila Cabello, niña amada por todo el mundo solo por ser hija del Sacerdote mas conocido y heredera de su legado. Vaya mierda.
:- Huele delicioso y se ve apetitoso -mi padre se fue acercando a mi plato de comida que había servido minutos atrás- oh, vaya no creí que se te diera la cocina -probó está haciendo una mueca de satisfacción al saborearlo. Ni siquiera lo detuve, solo sonríe falsamente.
:- Provecho, padre -disfruta a la bella Cameron, pensé. Él se sentó en una de las sillas para seguir comiendo mientras yo me dirigía nuevamente a la cocina para servirme de nuevo. Cuando regrese mi padre ya le faltaba poco para terminar, comía con desespero mientras se deleitaba con cada bocado, yo solo esperaba que su cuerpo; como era primera vez comiendo carne humana; rechazara esta y le diera un fuerte dolor estomacal. Coloqué mi plato en la mesa y me senté. Lo primero que noté, que era común en él, era el dar gracias por la comida, pero no lo comenté, así estaba bien, no necesitaba escuchar sus estúpido rezos.

:- A qué has venido?- pregunté fastidiada de solo escuchar su sonidos obscenos al masticar.

:- Modales Camila, siempre te he inculcado el no hablar mientras consumimos los alimentos del día -dice con seriedad-
:- No estoy de humor Alejandro, habla ahora. -dije ya con un poco de molestia, sabia que el no solo había venido a verme, algo quería-
:- Soy tu padre quieras o no, así que ten cuidado con el tono que me hablas. -dice un poco alterado viéndome con rabia-
:- -Rode los ojos y cruce mis brazos al recargarme en el respaldo de la silla, levanté una ceja y sonreí con ironía- esto no es novedad, Alejandro. El respeto se perdió cuando decidiste purificarnos a mi y a mi hermana. ¿Te acuerdas de ella, Alejandro? ¿Recuerdas su hermosa carita? ¿Recuerdas que fue lo que causó su muerte?
:-purificarlas- repitió en voz baja él, casi en un susurro para luego verme- ¡No te sirvió de nada, Camila! ¡Tú hermana es ahora pura, porque así lo quiere dios! ¡Y tú! - me apunto con el dedo, mi mente gritaba para que lo tomara del dedo y se lo quebrara para luego verlo sufrir, verlo gritar y terminara arrodillado rogándome que lo dejara. Algún día lo haría, cobraría venganza por mi hermanita, solo estoy esperando el momento justo- eres tan desobediente ¡debes ser purificada ahora! - se levantó y también lo hice yo, alejando el plato de mi.

Un Amor Entre Psicopatas - CamrenWhere stories live. Discover now