De todas las personas en el universo, Tony Stark era la menos indicada para ejercer como un padre.
Sin embargo, el millonario se ve forzado a apretar todos los botones cuando en una mision salva a Noventa, una niña que paso toda su vida encerrada si...
"Simplemente soy un producto del sistema, una catástrofe.
Y todavía soy una obra maestra, y todavía estoy medio enfermo"
Whatever It Takes- Imagine Dragons.
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El Quinjet sobrevolaba muy cerca de su destino.
Bruce y Morgan se encontraban sentados al lado de una ventana con vista al cielo. Desde que despegaron de New York, Noventa había hecho ya mil y un preguntas al Señor Stark sobre el color de este, "¿Qué era una nube? ¿Por qué volaban?"
Y Tony había intentado responder todas pacientemente notando las miradas de los vengadores detrás de ambos. Cuando Morgan termino de interrogar al hombre, se quedó sentada cerca de aquella vista y cayo dormida un buen rato.
El ingeniero la acomodo mejor sobre aquella silla moderna y la cubrió con su chaqueta, yendo al fin a ver los comandos del quinjet, aunque en realidad no le importaba.
— ¿Ya iniciaste el papeleo de adopción?
Steve se encontraba igual que el: Fingiendo interés sobre los comandos del quinjet.
Tony vio hacia enfrente y se encogió los hombros. Aun había tensión entre ellos dos por las recientes peleas y nada de disculpas de por medio.
—Quiero esperar a que lo entienda bien. Proponérselo y ver qué le parece...quizá no quiere que sea legalmente su padre, y...con todo esto no eh tenido tiempo de hablar con mis abogados para que tenga papeles legales de su...acta de nacimiento y esas cosas.
El Capitán intento sonreír de lado girándose unos segundos a observar a Noventa totalmente dormida con Bruce a un lado leyendo un libro.
—Yo creo que ella te ve como una figura paterna.
Tony se limitó a asentir algo inseguro. ¿Cómo sabes si eres buen padre? Pero no deseaba preguntar eso ahora...
—Lamento lo que paso con Fury hace unas semanas. Mi deber como líder de esto es buscar puntos débiles o...
— ¿Pensar como un maniaco?
Steve bajo la cabeza y asintió.
—Sí, pensar como un maniaco también es parte de mi deber.
Stark suspiro, apretando unos cuantos botones para descender en un lugar escondido y fingiendo pensar.
—Creo que...después de mes observando a Noventa una y otra vez me eh dado cuenta que fui un idiota queriendo aislarla.
—Te tardaste un poco, ¿No crees? –Respondió Stark con su clásico tono sarcástico.
Los ojos de Steve vacilaron con algo de pena.
—Sí, me tarde en confiar en ella. Lo lamento. –Steve hizo una breve pausa en la que Tony solo asintió. –Ya es una de nosotros.
El ingeniero termino de calcular donde iba a aterrizar el Quinjet y se giró a verlo.
