Capítulo dos: Androide.

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— ¿Y si es una trampa? 

— ¿Y si cierras la boca, Steve?

—Yo solo digo que es muy raro haberlo encontrado así como así en el piso donde hacían experimentos...

—Yo concuerdo con Steve. ¿Lo viste hacer algo extraño antes de que quedara inconsciente?

—Oh si, estaba  haciendo piruetas y malabares con el estúpido cetro...

—Cuida tu lenguaje, Tony...

— ¿Lo oyeron? ¡Volvió a decir lenguaje!

—Pst, está despertando.

--No me digas psst, Capitán siglo.

—Yo solo digo que deberías alejarte, quizá necesite algo de aire...

—Está demasiado pálido...

—Tú también lo estarías si llevaras un largo tiempo encerrado en un cuarto osc...

Numero noventa se levantó de golpe cuando al fin sus ojos se adaptaron a la luz que le quemaba las pupilas. Estaba asustada y respiraba rápidamente, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas por todas las emociones que tenía contenidas. 

La mano del Dr. Banner  se colocó en su pecho intentando evitar que se sentara, pero número noventa la hizo a un lado con facilidad, tomando por la muñeca al  único rostro que conocía y se estaba alejando de ella: El de Tony Stark.

El hombre de hierro hizo un gesto a los demás para evitar que se acercaran hacia ellos dos, y con un rostro que intentaba ser neutro, se sentó justo en la orilla del sillón para intentar calmar a su nuevo invitado.

—Calma, ellos también son los buenos. –Dijo con una media sonrisa esforzándose por ser amistoso. –No debes moverte mucho porque estamos intentando hidratarte con suero.

Numero noventa no hablo, solo lo observo aun asustada mientras un par de lágrimas caían por sus mejillas.  Anthony Stark suspiro al notar que su invitado estaba demasiado incomodo por la presencia de los demás vengadores, así que los miro encogiéndose los hombros y les hizo un gesto leve para que cada uno volviera a lo suyo.

"Estaremos bien" Murmuro con sus labios antes de que la insistente mirada de Natasha se girara hacia los mandos del Quinjet.

Tony suspiro,  observo al niño frente a él, y desvió su atención hacia cualquier otro lado.

—No hablas mucho, ¿Eh niño?

Numero noventa lo miro confundida, y se secó sus lágrimas con el dorso de la mano.

—Soy niña.

Tony abrió los ojos como platos  de forma algo graciosa y después se encogió los hombros.

—Con ese cabello corto despistas un poco, androide.

Numero noventa lo observo un poco y después vio el catéter que descansaba sobre su mano, la cual estaba algo entumecida. Observo a su salvador señalando su mano y con voz ronca, le murmuro.

—Duele.

Iron man ignoro aquel gesto sabiendo que no podía hacer mucho por la niña y prefirió cambiar de tema.

—Te llevaremos con tus padres tan pronto como confirmemos que estés bien, podrás  seguir tu vida normal y todo eso, le puedes decir a tus compañeros que conoces a los vengadores e incluso te dejare tomarte una serie con nosotros, a los niños les gusta...

Pero numero noventa lo había dejado de escuchar. De cada cinco palabras que decía Tony, solo podía comprender una. Le costaba demasiado digerir tanta información en tan poco tiempo. Observaba su catéter intranquila, mientras su mente iba a mil, hasta que nuevamente su salvador le volvió a tomar del hombro haciéndola volver a la realidad.

Te Amo Tres Mil. (IronDad)Kde žijí příběhy. Začni objevovat