Capítulo 1.

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Era ya entrada la noche. Las luces de neón de aquel antro apenas iluminaban la calle. La música se oía a metros de distancia. Una vez estuvo dentro, el calor del local y el olor a marihuana la reconfortó.

Era la decimoquinta vez en toda la semana que tenía que entregar un pedido a esas horas y en aquel lugar. No le desagradaba en nada venir a aquí, pero el trabajo y las pocas horas de descanso la estaban agotando.

               

A lo lejos, junto a la barra, divisó al chico al que tenía que entregarle el paquete. Se acercó y una vez allí, ambos con movimientos ágiles y rápidos, intercambiaron el paquete y el dinero que la chica ganaba con aquello. Mucha gente la juzgaría por su trabajo, pero eso a ella le daba igual, y más en estos momentos. Éste trabajo le daba más dinero del que alguna vez hubiese sido capaz de conseguir con cualquier otro trabajo.

Estaba realmente agotada, pero no iba a marcharse pronto, eso lo sabía. Aquel sitio era su hogar. Le proporcionaba paz, tranquilidad, y se despejaba de toda la mierda de fuera, aunque la gente lo viese más como un caos y una gran masa de personas.

Iba por su cuarta copa de tequila cuando a lo lejos vio a Jai haciéndole señas para que se acercase. La chica sin dudarlo un solo segundo, agarró la copa y con un suave contoneo de caderas fue hasta allí.

-Hey Brooke-dijo un Jai bastante cariñoso, dándola un gran abrazo-quiero presentarte a unos amigos. Han llegado hace poco a Florida, y debo decirte que son bastante buenos en esto, llevan varios años. Estos son Michael-dijo señalando a un atractivo chico pelirrojo-Ashton-dijo señalando a un chico con una sonrisa de oreja a oreja y unos marcados hoyuelos que le hacían verse adorable-y Calum-dijo señalando ésta vez a un moreno con una sonrisa pícara en el rostro.

Llevaba más de dos horas allí hablando con los chicos. La verdad es que eran realmente agradables. Fuera de aquí sería incapaz de establecer conversación alguna con nadie, pensó la chica. Allí todos eran juzgados por igual. Todos iban en busca de lo mismo; conseguir algo de droga, emborracharse y pasar una buena noche llena de sexo. Aquí no tenía por qué preocuparse por el qué dirán de la gente.

Aún recordaba su primer día allí.

-Bienvenida a DASpace, pequeña-dijo Jai abriendo las puertas de aquel local, con un brazo rodeando sus hombros-el sitio perfecto para olvidarse de toda la mierda del mundo exterior. Drogas, Alcohol y Sexo. Ahora ya eres oficialmente parte de todo esto. Para siempre.

Aquel sitio se había convertido hace cuatro años en su hogar, cuando logró escapar de aquel estúpido reformatorio en el que la metieron sus padres.

Brooke sacudió su cabeza tratando de evadir esos pensamientos. Bebió su sexta copa de tequila de golpe. Estaba acostumbrada a esto.

Esta era su vida.

Turn up the speakers de Afrojack & Martin Garrix resonaba por cada rincón de aquel local. Brooke estaba en mitad de la pista bailando junto a Calum. El moreno tenía las manos puestas en la cintura de la chica, mientras ésta se movía sensualmente contra él.

Según el ritmo de la música iba aumentando y haciéndose más intenso, el moreno la acercaba más a él, si era posible. Estaban totalmente pegados. Cuerpo contra cuerpo. El ritmo aumentó aún más y la chica pasó un brazo por detrás de la nuca de Calum, enredando sus dedos en el pelo de éste. Aumentó el ritmo de sus caderas, prestando especial atención a la entrepierna del chico. Se estaba volviendo jodidamente intenso.

Estaban cara contra cara. Sus labios estaban tan cerca. Podía ver como el chico tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos, en señal de que estaba disfrutando la cercanía de aquella chica. Brooke esbozó una pequeña sonrisa, emitiendo un leve suspiro.

En un rápido movimiento, Calum la dio la vuelta y plantó sus labios sobre los de la chica. Era un beso lleno de pasión, lleno de excitación. No había ni un solo hueco entre ellos. Sus cuerpos estaban totalmente pegados, encajados. Sus besos eran cada vez más intensos, necesitados. Se necesitaban el uno al otro. Necesitaban más.

Calum no aguantaba más, estaba más que listo. Agarró la mano de la chica y ambos salieron de aquel túmulo de gente en busca de una habitación o sala libre.

Recorrieron cada pasillo de aquel local, pero no había ni un solo sitio libre. La chica podía notar el deseo y la desesperación en la mirada de Calum. Se apoyó en una puerta y metió el dedo en la hebilla del pantalón del chico atrayéndola a ella, y volviéndolo a besar con necesidad. Ambos estaban ciegos de deseo. Necesitaban esto.

En un ágil movimiento, la chica tenía sus piernas enredadas en la cintura de Calum y este la sujetaba por la parte alta de los muslos. Calum comenzó a repartir besos y mordiscos por el cuello de la chica, provocando que ésta soltase algún que otro gemido.

-La llave...-susurró la chica con la voz entrecortada-saca la llave de mi bolsillo trasero del pantalón.

Sin pensarlo ni un segundo, Calum sacó la llave del bolsillo, aún sin despegar los labios del cuello de la chica.

-La puerta de detrás...ábrela-susurró la chica en el oído de este, con una voz ronca por la excitación.

Aún con la chica enredada en sus caderas, abrió la puerta y la cerró tras él, dejando la llave puesta para no ser interrumpidos.

Bajó a la chica y ésta agarró su mano, dirigiéndole una mirada y una sonrisa pícara antes de conducirle a la habitación final del pasillo.

Robbers. {c.h}Kde žijí příběhy. Začni objevovat