Capítulo 6: Culpable

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CANDELA

Mi cabeza daba vueltas. ¿Qué era lo que realmente pasaba? La situación se había vuelto demasiado extraña, estaba fuera de control. Corrí por los pasillos tan rápido como me permitían las piernas, necesitaba llegar al aparcamiento de alumnos cuanto antes. Desde los jardines del campus pude verlos discutir. El pecho se me hinchaba de confusión. León y Arnau se gritaban sin importar nada. A su lado, Gonzalo y Fernanda miraban la situación de brazos cruzados. No mucho más lejos, varios grupos de personas observaban el circo que se había montado con disimulada discreción. Algunos incluso grababan con el móvil.

-¿Así qué te han robado? -dijo Arnau entre risas sin gracia- ¿Te crees que soy igual de gilipollas que tú, o qué?

Bajé el ritmo y me situé al lado de León, quien al verme llegar me lanzó una mirada de advertencia. ¿Qué pretendía? ¿Qué me fuera? Me hice la desentendida y miré al frente. Arnau me ponía nerviosa. Parecía una pantera, sigilosa y rápida, de esas que atacan y cuando quieres sacar el cuchillo ya estás muerto. Era un tipo grande, bastante más fuerte que León y también mucho más ágil. No había ninguna posibilidad en el cuerpo a cuerpo.

-Hice una denuncia, joder -chilló León-. Puedo enseñártela cuando te de la puta gana -se acercó a Arnau-. Yo no colgué ni el video ni las fotos.

Los nervios me recorrieron de pies a cabeza. ¿Qué estaba diciendo? Tragué saliva. Gonzalo cogió el brazo de su amigo, intentó contenerle, pero actuó con demasiada suavidad. Arnau se soltó de su agarre con facilidad y no tardó en acercarse también a León. Mi cuerpo se tensó. ¿Cuándo le habían robado el teléfono? No sabía qué hacer. ¿Cuál era mi lugar en esta situación? La cosa no tardaría en estallar y no era mi guerra. Pero, sin embargo, al que iban a masacrar era a mi puto novio y eso sí que era asunto mío.

-Oye -dije no muy segura-, yo le acompañé a comisaria. Joder, te está diciendo que puso una denuncia. El que haya subido esos archivos no habrá dejado rastro.

Era lo más lógico, ¿no? Se trataba de una búsqueda imposible para cualquiera de nosotros. ¿Un fantasma del cibermundo? Existían demasiados delincuentes virtuales sueltos. Sin embargo, mi intuición no tardó en decirme que me había precipitado. Arnau me lanzó una mirada mordaz. Sus ojos gritaban: "No te metas". Su actitud amenazadora hizo que mis piernas flaquearan. El pecho me iba a estallar de la incertidumbre. Las palabras de León no me cuadraban. A cada segundo que pasaba lo tenía más claro.

-Sea como sea -dijo ignorándome-, eso tendría que estar eliminado desde hace mucho. Terminaste con Martina hace más de un año -me miró-. ¿O es que todavía te tocas pensando en ella?

Mi estómago comenzó a arder. La vergüenza me coloreó la cara. No tenía motivo, yo no había hecho nada, pero Arnau tenía razón. No podía contradecirle. ¿Por qué seguía guardando esas imágenes después de todo? Nosotros llevábamos juntos casi cuatro meses. Los celos no me dejaban pensar con claridad, pero no era tonta. Desde el inicio supe que Martina era la piedra más gorda de nuestro camino, pero nunca pensé que una china en el zapato terminaría convirtiéndose en un jodido meteorito.

-Revisé todo -dijo León asqueado-. Me aseguré de eliminar las cosas relacionadas con ella. No soy un puto cerdo, por mucho que quieras creerlo.

Arnau apretó los puños. Sus ojos relucían de rabia.

-¿Debo recalcar que revisaste mal? -rugió- Si hubieses hecho bien tu trabajo, nada de esto estaría pasando -su mirada viajaba de León a mí continuamente-. Martina tiene millones de seguidores en todos sus putas redes sociales. ¿Sabes el infierno que va a ser? Te guste o no, por tu culpa -se lanzó sobre León y le agarró del cuello de la camiseta-. ¡Por tu culpa!

Y en un microsegundo el caos se desató. León intentó empujarlo, pero las uñas de Arnau se clavaron en su cuello. Gonzalo enganchó a Arnau por el torso en un fallido intento de echarlo hacia atrás y quitárselo de encima a León. Y cuando parecía que la cosa empezaba a calmarse, Arnau le asestó un puñetazo en el estómago.

-¡Pero qué coño haces! -grité.

Mis piernas se activaron sin preguntar. Embestí a Arnau por el lateral de su cuerpo y logré desestabilizarlo. Pero él no paraba. Empujé a León para evitar que la mano de Arnau le agarrara. Sin embargo, no fui tan rápida moviendo mi propio cuerpo y el puño derecho de Arnau terminó impactando en mi cara. El mundo se quedó negro por un segundo. Me caí al suelo. ¿Qué había pasado? Todo se volvía borroso.

-¡Candela! -gritó León.

Y todo se frenó. Hubo un silencio sepulcral. ¿O solo fue idea mía? Me toqué la cara, me chorreaba la nariz. Rojo. Todo rojo. Mi mano se tiñó de sangre.

-¿Qué coño te pasa en la cabeza? -le recriminó León.

Me sacudió por los hombros, pero seguía bastante desorientada. Mi cuerpo se había quedado paralizado. Acababan de pegarme por primera vez.

-Fernanda, por favor, sujétala -dijo tocándome la cara-. Voy a la enfermería. ¡Joder! No te muevas de aquí.

León salió disparado. Ni siquiera logré procesar lo que había dicho cuando desapareció. Alcé la mirada. Arnau me miraba ojiplático. Estaba horrorizado. Seguía en shock, me acababan de meter un puñetazo en toda la cara. Nuestros ojos no dejaban de observarse mutuamente.

-Yo... -murmuró sin saber que hacer- Lo siento, de verdad.

Se acercaba y se alejaba dubitativo. Sus manos hacían el amago de tocarme, pero nunca llegaron a rozar mi cuerpo.

-No pasa nada -murmuré todavía confundida.

Así que esto era pelearse. Miré a mi alrededor. Había gente mirándome desde lo lejos. Me ardía la cara. León no tardó en llegar con una mujer y un botiquín de primeros auxilios. No me moví, solo dejé que la enfermera me revisara. Me limpió, me vendó la nariz y en quince minutos parecía estar como nueva. Según ella no tenía pinta de estar rota, pero me recomendó ir a urgencias para que me hicieran una radiografía. Todos habían desaparecido menos Arnau y León.

-No quería hacerte daño -dijo.

-Lárgate antes de que llame a la policía -dijo León sin mirarle.

Me revisaba la cara en busca de más heridas. De vez en cuando me sonreía triste, pero yo no era capaz de mirarle. Mis ojos habían conectado nuevamente con otros. Me hizo un gesto con la cabeza señalando los coches de la izquierda y se marchó sin decir nada más. Iba a esperarme. Cuando su cuerpo desapareció de mi vista, supe que había llegado el fin.

-Sé que has sido tú -dije sin mirarle-. ¿Por qué lo has hecho?

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¡Hola, cositas lindas! ❤️ Espero que estéis bien y disfrutéis de este capítulo tan intenso. CHAN CHAN CHANNNN ¿Qué pasará a partir de ahora? Si bien el "romance" de León y Candela ha pasado muy deprisa (tanto que ya no le queda mucho je) a partir de aquí las cosas irán mucho más lentas. Su romance estaba abocado al fracaso desde un inicio, ya veréis por qué.

Como dije en el anterior capítulo: tengo mucho tiempo libre con la cuarentena, así que estaré subiendo bastante seguido. Si os gusta espero que al menos votéis, de verdad que significa muchísimo para mí. Y si me dejáis un comentario ya os lleváis todo mi love✨✨

¡A pasarlo bien! Nos vemos en el siguiente capítulo, hermosos.

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⏰ Last updated: May 20, 2020 ⏰

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Descontrol: ¿Cómo perder la cabeza?Where stories live. Discover now