14. Tú También, McFly

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0:45 20 de Noviembre del 1985

Marty se encontraba tumbado en su cama, escuchando algo de música y mirando hacia una de las paredes de su cuarto, pensando en las miles de cosas que le rondaban la cabeza. Entre ellas la idea de su "supuesta" e inminente muerte y además, la idea de que si sobrevivía, no volvería a ver a Leah.

Se había propuesto tragarse sus sentimientos hacia ella, pero las últimas horas que lo estuvo intentando fueron, simplemente, horribles.

De pronto, un ruido en el exterior de sus ventana le sacó del limbo de pensamientos donde se encontraba. No le dio mayor importancia, podría ser el viento, un rama, o incluso un pájaro. Sin embargo, el sonido volvió a repetirse. La ventana estaba entreabierta, pero las cortinas la tapaban.

Marty, preocupado, se acercó a la ventana. Y medio sintiéndose en un clásico de película terror, corrió la cortina a un lado.

- ¡Bu! -exclamó Leah.

- ¡Ah! -gritó el chico. Aunque no solo por el suspense del momento, sino también porque no esperaba encontrarse con aquella que alborotaba su mente.

- ¡Marty! ¿¡Hijo, estás bien!? -exclamó la madre de Marty al otro lado de la puerta.

- ¡Sí! ¡Lo siento, solo me he dado un golpe con el mueble! -mintió el castaño mientras su madre afirmaba y se alejaba. Entonces se giró hacia Leah- ¿Qué haces aquí?

- Sabes, estoy a puntito de resbalarme y caerme en tu porche, y además hace frío. Así que las preguntas las hago yo, ¿puedo pasar?

Marty abrió del todo la ventana, dejando pasar a la chica.

- ¿Qué haces aquí? -repitió Marty.

- Quería visitarte.

- ¿A estas horas?

- Debo estar segura de que no mueras, ¿recuerdas? -respondió esta sentándose en la cama del chico. Acción que recordó a Marty... Ciertas cosas.

Marty tragó saliva y ocultó un pequeño sonrojo apartando la vista de ella- Bueno, pues estoy bien. Ya puedes irte.

- Oye, oye, oye. ¿Por qué estás tan borde? ¿Acaso he hecho algo que te haya cabreado?

- No, es... Es que estaba estudiando, y me has interrumpido.

- Marty, voy a las misma clases que tú. Si tuvieras un examen lo sabría. ¿Por qué me mientes?

Marty suspiró- Solo vete, ¿de acuerdo? No tengo tiempo para charlas de chicas -al segundo de decir eso, Marty ya estaba arrepentido.

- ¿Charlas... De chicas? -repitió Leah arrastrando las palabras con rabia- De acuerdo, ya me voy. Perdón por infestar de hormonas femeninas tu santuario de testosterona -dijo para levantarse hacia la ventana, pasando de largo a Marty.

- Leah, lo sien...

- Da lo mismo, ya te dejo en paz. Olvídalo -le interrumpió Leah para empezar a sacar su cuerpo por la ventana.

- ¡Espera! -exclamó entre susurros él, agarrándola de la muñeca- ¡Leah! ¡Por Dios! ¿Por qué tienes que ser tan cabezota?

- ¿Qué me acabas de llamar? -respondió Leah enfadada y volviendo al cuarto para ponerse frente a él.

- ¡Eres un cabezota! Siempre tienes que llevar la voz cantante en todo. Siempre es hacer esto porque tú lo has hecho, decir esto porque tú lo has dicho. No puedes, aunque sea por un segundo, dejar que otro tenga el control de la situación.

Leah se quedó en silencio. Marty estaba enfadado. Parecía que con ella, pero no era así, era algo más complicado.

- Marty, si te pasa algo puedes decírmelo. ¿Qué tal si nos sentamos y habla...

- Ya lo estás volviendo a hacer, Leah -dijo mientras acercaba su cuerpo al de ella, dejando unos pocos centímetros de separación- Deja que otros tomen el control de la situación -terminó de decir mientras posaba su mano en la mejilla de la chica.

- Marty, ¿qué va...

Leah fue interrumpida, ya que antes de terminar su pregunta, el chico ya se había inclinado para besarla. Ambos podían sentir como un escalofrío recorría sus columnas al simple roce de sus labios. Leah no tardó en corresponder, agarrándose de la camiseta del chico. Después de unos minutos, que parecieron una eternidad, ambos adolescentes se separaron para cobrar el aliento.

- Me gustas, Leah. Y no puedo evitarlo. Y me duele pensar que dentro de unos días podría perderte, de una manera u otra...

- Marty... -susurró la chica. Leah abrazó a Marty, a lo cual el chico enseguida correspondió, posando una mano en la cabeza de ella -Tú también me gustas, McFly.

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Estoy muy agradecida de todo el apoyo a esta historia, os amo mucho a todos, y me encanta ver como disfrutáis algo que he creado yo.
A veces, LAS ESPERAS VALEN LA PENA. Con esto os pido, de la forma más humilde del mundo, que no me presionéis en sacar nuevos capítulos. Estos saldrán cuando tengan que salir.
Tenéis que tener en cuenta, que además de esto, yo tengo una vida (y llena de exámenes y trabajos de clase), y que a veces, no me llega la inspiración.
Así que prefiero hacer los capítulos con tiempo y con ganas, para que sean mejores.
Un beso para todos ✨💕

Regreso al Futuro: el Futuro No Está EscritoWhere stories live. Discover now