12. Una Chica Increíble

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Cuando era pequeña, Leah siempre había soñado con cuentos de princesas. Asomada a la ventana del orfanato, la niña de 8 años se imaginaba a su príncipe. Rescatándola de aquel lugar. A los 14, se dio cuenta de que los príncipes no existen.

No es que la trataran mal, o la torturasen en el orfanato. Simplemente, quería una familia de verdad. No una pareja siempre apunto de divorciarse, ni una pareja en la cual el hombre era claramente gay y estaba obligado a quedarse con la otra, ni otra en la que el hombre estuviera más interesado en Leah que en su propia mujer. No lo malinterpretéis, había parejas decentes. Pero para entonces, Leah ya estaba dispuesta a no dejarse adoptar.

El 25 de diciembre de 2015, fue una de las únicas navidades en las que los niños del orfanato recibieron regalos. Leah recibió un patinete. El que hasta ahora siempre lleva consigo.

- ¿Llevas toda la vida montando? -preguntó un Marty sorprendido ante la destreza de Leah con el patinete.

- ¿Miedo de que sea mejor que tú? -le respondía Leah burlona mientras recogía su patinete y se hacía una coleta.

- No lo voy a negar -rió Marty- Oye, Leah...

- ¿Sí? -respondió la chica mientras tenía problemas para hacerse la coleta.

- Me preguntaba, si no es muy raro, si tú y yo...

- ¡Auch! -gimió Leah al tirarse del pelo.

- ¿Estás bien?

- Se me han enganchado la goma del pelo -respondió.

- Espera.

Marty dejo su patinete en el suelo, y se acercó a ayudar a Leah. Marty le sacaba como mucho 7 centímetros a Leah, así que tenía que alzar algo sus brazos para hacerle la coleta.

- Au, au, au -gemía Leah a cada tirón.

- ¡Perdón, perdón! Se ha enredado pero de verdad -se excusaba el chico.

- ¡Marty, para!

- Aguanta un poco Leah.

- ¡Me haces daño Marty!

- Se te pasará en un momento, lo prometo.

Leah volvió a chillar cuando Marty tiró y sacó la goma al fin, una madre que pasaba con su hijo los miraba acusadora. Se marchó tapándole los oídos.

Marty y Leah se miraron algo rojos, pero comenzaron a reír.

Sobre las 11 de la noche, Leah y Marty iban hacia la casa del último, el taller de Doc no estaba muy alejado.

- Buenas noches Marty -dijo la chica para empezar a caminar.

- Espera -rogó agarrándola del brazo- No terminé de preguntarte antes. ¿Quieres venir al baile conmigo?

Leah se sorprendió, es decir, era el quinto chico de ese instituto que se lo preguntaba. No iba a negar que Marty no le era indiferente, pero ¿y luego qué? Luego tendría que volver a su época, y olvidarlo todo de él. Sin pensar que en tan solo 3 días de conocerse, parecían amigos de toda la vida.

- Marty... Sabes que cuando esto termine yo...

- Lo sé, eso no importa. Solo quiero ir al baile con una chica increíble.

Leah se sonrojó- Está bien... -respondió.

- ¿En serio?

- En serio.

Marty dejó ver una amplia sonrisa. Giró su cabeza y vio como las luces de su casa se encendían. Miró a Leah, y dudó un par de segundos.

- Buenas noches Leah -dijo besándola en la frente para meterse en su casa.

Leah se quedó ahí, embobada.

- Con que este era el amigo romántico, ¿eh Doc? -se dijo para sí.

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Corto pero intenso, así me gustan 😂
Un beso para todos ❤✨

Regreso al Futuro: el Futuro No Está EscritoWhere stories live. Discover now