Capítulo 11

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La casa de Cash no era lo que me esperaba. A pesar de que estaba segura que su madre y madrastra tenían el dinero suficiente para comprarse una mini mansión, la casa era simple y bonita, de color azul con verjas blancas y un porche delantero decorado con una enredadera de rosas y un sillón de madera.

-Me gusta tu casa -dije cuando estacionó en el garaje al que previamente abrió con un pequeño control en la guantera.

No contestó y simplemente bajó del auto, conmigo siguiéndole el paso. Volvimos afuera y cerró el garaje antes de dirigirse hacía las verjas.

-Pasa -dijo cuando las abrió con las llaves.

Entré quedándome parada en el porche, esperando a que cerrara. Miré deslumbrada las rosas en el techo.

-Es lindo -comenté.

-Sólo son rosas -murmuró pasando frente a mi para abrir la puerta-. Camina.

-¿No te gustan las rosas, Cashie? -pregunté entrando al recibidor.

-Hay un baño al lado -dijo ignorando la pregunta y yendo hacía la que supuse era la cocina. Señaló una puerta blanca-. Quítate el olor a alcohol, estás ahogándome.

-Gruñón -Le fruncí el ceño-. No tengo ropa.

-Te prestaré algo -Me miró sobre su hombro-. Lo devolverás.

Le hice una mueca a su espalda y me dirigí al bendito baño. Un baño que era muy amplio y además, ¡tenía bañera! Si no fuera porque sabía que Cash iba a apurarme, la hubiera usado con toda la confianza. En cambio, me di una rápida ducha, lavando mi pelo que estaba lleno de brillitos, los cuales ni siquiera recordaba de dónde vinieron.

Cash tocó la puerta justo cuando estaba enjabonándome el cuerpo. Fui rápido a abrirle y vino un momento Valerie: me caí.

-¡AH! -Chillé al aterrizar sobre mi trasero y mi pobre espalda.

-¿Valerie?

-¡Estoy bien! -Mentí con la mirada clavada en el techo, me dolía hasta la dignidad. Podía visualizar los grandes moretones que iban a aparecer a la mañana.

-Te caíste, ¿verdad?

Quedé en silencio por dos segundos. -No.

-Entonces ven y agarra la ropa.

Hice el pequeño esfuerzo de levantarme cuando volví a resbalar, esta vez cargando todo mi peso sobre mi brazo. Apreté los dientes para no soltar un gemido.

-Estoy ocupada reflexionando, déjala en el suelo -dije casi lloriqueando del dolor.

-Tapate.

-¿Por qué...?

Y entró. Chillé intentando cubrirme con las manos pero me resbalaba como un maldito gusano.

-¿¡Pero que haces, rufián!? ¡Estoy desnuda! -Grité aunque la verdad quería reírme, porque ni teniendo a una chica desnuda frente a sus ojos, Cash cambiaba la expresión.

No contestó a mis chillidos y se agachó para agarrarme del antebrazo y ayudarme, cuando las cosas empeoraron...

-¿Qué mierda...?

Porque Sky apareció en la puerta mirándonos con la boca abierta. ¿Cuándo se supone que volvió? Cash dijo que no estaba. De repente me puse alerta.

Iba a morirme si su madre y la madre de Cash también aparecían para contemplar la escena, que cualquiera hubiera malinterpretado. Ya me veía jurándoles de mil maneras posibles que mi virginidad seguía intacta, en todos los sentidos que ofrecía la palabra.

First love of book (FK #2) [corrigiendo] Where stories live. Discover now