22.

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Draco estaba enérgico.
Había tanta emoción en su cuerpo que no dejaba de temblar. Su plan para ayudar a Potter tenía que funcionar, y para eso necesitaba al único cómplice disponible ahora.
Conocía la historia de Colagusano, y solo le quedaba pensar que con un empujón lo convencería de hacer lo correcto. 
Mientras tanto, el hombre frente a él parecía estar tan nervioso como siempre desde que se conocen. Y se daba cuenta de que estaba intentando evitar hacer contacto visual.
- ¿Qué es lo qué haces Colagusano?
- ¿Qué? ¿A que te refieres?
- ¿En serio quieres ser un traidor toda tu vida?
- ¿Q-qué? ¿De que estás hablando?
- Sé sobre ti. Sobre lo que hiciste, a los Potter, a tus amigos. Si quisieras, podrías cambiar eso, justo ahora.
Ahora señalaba a la puerta, y cuando el hombre entendió que hablaba de liberarlos, su mirada pasó de estar confundida a horrorizada ante la idea de rebelarse contra el Señor Tenebroso.
- ¿Qué...? ¿Estás loco? Si hago algo así él va a matarme, ¡lo sabes!
- Bueno, no pensaba decir nada sobre esto a nadie así que, él no sabría que lo liberamos en realidad.
- De cualquier forma, ¿qué se supone que ganas tú con todo esto?
- No lo sé. Tengo mis razones, tú tendrás las tuyas. Solo digo que podríamos hacer las cosas bien por una vez, supongo.
La mirada de Colagusano se calmó un poco, seguía temblando como normalmente hacía desde siempre. Pero parecía estar luchando consigo mismo en sus pensamientos.
- Oh Dios, no sé por qué si quiera lo estoy considerando. Ok, bien, los liberamos. ¿Y luego qué? El Señor Tenebroso nos matará.
- Bueno, no matarnos, solo castigarnos un poco, ¿cierto? Él aún nos necesita, de alguna forma.
- Agh, ¡no lo sé! N-no me gustan sus castigos, en serio.
- De alguna forma, los merecemos ¿cierto?
No miraba directamente a Draco, pero él sabía que estaba cerca de convencerlo. Y sin importar que, tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo por Potter.
- Por favor Colagusano, quédate conmigo en esto, se lo debemos.
- Yo de verdad no sé por qué estás haciendo esto, o por que me lo pides a mi de entre todas las personas. Y-yo...!No soy valiente!, ¿entiendes? No soy la clase de persona que... se rebela, o se sacrifica por los demás.
- Sé que es una locura, y que es algo aterrador lo que te estoy pidiendo. Pero eres un estúpido Gryffindor después de todo, ¿no? Prueba que lo eres aunque sea una vez, maldita sea.
El hombre seguía temblando, pero algo había cambiado en su mirada. No sabía lo que era, pero estaba bien si conseguía ayudar a Potter. Y tenía una leve impresión, de que esto también lo ayudaba a él de alguna forma.
- ¡Mierda! Lo haré, ¿si? Lo haré. Tal vez por una vez en mi vida podré sentir que fui seleccionado en la casa correcta.
Draco sonrió, y se dirigió entonces una vez más a la sala principal de su casa. Con Potter fuera podrían liberar a Hermione, y entonces los ayudaría a salir de la mansión. Había esperanza. Lo sentía. Podría hacer algo bien después de todo. Tal vez no era tan malo actuar como un estúpido Gryffindor de vez en cuando.
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Harry estaba atónito.
Demasiadas cosas estaban pasando en tan poco tiempo, y después de que Dobby escapara con Luna, Ollivander y el Duende, tenía que pensar en cómo salvar ahora a Hermione y luego escapar de la mansión Malfoy.
- Tenemos que ir por Hermione
- Lo sé Ron, lo sé. Estoy intentando pensar en cómo salir de aquí.
No había forma de salir sin las varitas, lo único que podían hacer era esperar a Dobby, pero no aguantaría un segundo más escuchando los gritos agonizantes de su amiga. Tenían que actuar ahora.
- Malfoy
- ¿Qué?
- Él puede ayudar, no te delató ¿cierto?
Era verdad, en cuanto sus ojos se cruzaron se dio cuenta de que lo había reconocido. Pero no dijo nada a los Mortífagos. Podría ser una gran ayuda, pero en estas condiciones sólo lo pondría en riesgo.
- No creo que sea posible Ron, tenemos que buscar algo más.
- ¿Por qué? ¿Cómo puede quedarse ahí y ver cómo torturan a Hermione?
- Ron, el vive aquí. Los Mortífagos lo vigilan todo el tiempo, moriría antes de llegar a nosotros.
- Eso es lo que quieres creer.
- ¿Por qué tiene que ser él? No me perdonaría que le pasar algo por mi culpa.
- ¿Pero estás bien con lo que le pase a Hermione?
- Sabes que no es lo que quise decir.
Ron lucía mal, sabía que estaba mal por lo que Hermione estaba viviendo. Pero por un momento logró relajar un poco su mirada con Harry.
- Lo sé, yo...lo siento amigo. Es solo que, estoy desesperado y no sé cómo saldremos de esta.
- Encontraremos la manera Ron, nos sacaré de aquí.
Escucharon un ruido, alguien se acercaba a donde estaban. No era una gran oportunidad, pero era lo único que tenían.
- Ron.
- Lo sé, viene alguien.
- Podría ser nuestra salida.
- Hay que atacarlo por sorpresa.
Harry pensó que podría ser peligroso, per a falta de un mejor plan, accedió.
- Bien, escóndete.
El ruido de acercaba, y con él, una voz susurraba temblorosa. Harry reconoció de quien se trataba.
Miró a Ron, y ambos se prepararon para atacar a Colagusano en cuanto entrara a buscarlos.
- No puedo creer que estoy haciendo esto, revelándome contra el Señor Tenebroso, debo estar loco. Sólo voy a conseguir que me maten...
Harry logró escuchar los susurros del hombre, confundido. ¿Colagusano? ¿Ayudar? Miró a Ron quien parecía estar igual de confundido, pero decidieron seguir con el plan por precaución.
- Ehmm, ¿Harry Potter?
No hubo respuesta, y parecía que Colagusano estaba más nervioso a cada segundo. Temblando como la vez en que lo conoció. Decidió esperar.
- Y-yo...abriré la puerta, y podrás irte con tus amigos, ¿bien?
La puerta se abrió, y el entró buscando a alguien dentro.
Harry miró a Ron, y le hizo una señal para que esperara. Luego salió a enfrentarse al hombre.
- ¿Por qué harías algo así?
- Ehm, yo... ni siquiera yo lo sé, ¿está bien? Pero ese maldito niño Malfoy puede ser muy persuasivo y yo...
¿Malfoy? ¿Él lo había enviado? Pero... ¿qué es lo que estaba pasando ahora mismo?
Ron también salió de su escondite. Miró sin confianza a Colagusano y luego a la salida, caminaba entonces hacia la salida, cuando se detuvo y habló a Colagusano una última vez.
- Tú varita.
- ¿E-eh? Yo no...
Pareció pensarlo un momento y luego le dio la varita a Ron, quien se adelantó a salir de la pequeña celda.
Después de unos segundos Harry dejó de observar a Colagusano y comenzó a seguir a su amigo. Antes de perder de vista a Colagusano, se detuvo y volteó a mirarlo.
- Tú... gracias.
Dejó de mirarlo y siguió a Ron para ir a rescatar a su amiga. No entendía bien lo que había pasado, pero ya tendría tiempo de pensarlo cuando estuvieran todos seguros de nuevo.
Mientras tanto, Colagusano pensaba en James. Al mirar a Harry era imposible no recordarlo. No pensaba que alguna vez llegaría a perdonarlo por todo lo que había hecho. Ni siquiera pensaba que podría perdonarse el mismo.
Pero pensaba que, si ayudaba un poco a que Harry hiciera su vida, podría empezar a pagarle a James todo el dolor que causó en su familia.
Podría empezar a pagar por haber traicionado lo que significaba ser un Merodeador.

Con un Galeón. (Drarry) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora