9.

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Harry estaba cansado.
Había tenido a Hermione atrás de él bombardeándolo con preguntas que él no podía responder. Agradecía que Ron ofreciera revisar el resto de la mansión para asegurarse de que no hubiera nadie, al fin podía pensar con claridad.
No sabía cómo los habían encontrado, no tenía ningún sentido. Habían salido de con los Weasley antes de que llegara si quiera el primer Mortífago, ¿Como era posible? ¿Como...?
Y pensó, ¿Como estarían los demás? ¿Habrían huido a tiempo? ¿Donde estarán? Tantas preguntas parecidas cruzaron su mente hasta que visualizó el galeón una vez más. Tal vez podría decirle si estaban todos bien, así que preguntó.
"¿Están todos bien?"
Espero la respuesta un buen rato, hasta que llegó.
"No lo sé. Lo siento."
¿Como podía ser? No sabía si estaban todos bien. ¿No pertenecía a la Orden entonces? Tal vez ni quiera era alguien cercano a Harry. O podría ser, que se separaran todos al momento de huir. Podría ser.
El no saber si los demás estaban bien le preocupaba, pero lo preocupaba más ese pensamiento dentro de él que le decía que quizás la persona que le dio ese galeón podría no ser lo que él esperaba.
¿Podría Hermione tener la razón? Y si se trataba únicamente de una trampa de parte del mismo Voldemort para atraparlo. ¿Estaba confiando en la persona equivocada?
Estaba convencido ahora, de averiguar de quién se trataba, pues no podía seguir hablando y confiando en el criterio y los consejos de alguien desconocido. Lo había aprendido de Ginny y el diario. Entonces, se dispuso a salir de la habitación donde se encontraba para ir a buscar a sus dos amigos, pero ellos llegaron primero.
-Harry, llegó un Patronus, todos están bien.
La voz de Hermione llegó directamente a sus oídos, y aunque sintió un ligero alivio por el resto de sus amigos, este mismo se esfumó en segundos al darse cuenta de que sus sospechas sobre el galeón, aún en sus manos, podrían ser ciertas.
~ ~ ~
Una vez más, Draco se sentía estúpido.
Cuando Potter le preguntó sobre, posiblemente, los demás miembros de la Orden quedó aturdido. No había una respuesta que lo ayudara de ninguna forma.
Si le decía que todos estaban bien, y no era así, entonces sabría perfectamente que había mentido por lo que podría dejar de confiar en él, si es que lo hacia ya. Pasaba lo mismo con la respuesta contraria.
Pero decirle que no lo sabía no le había parecido su mejor idea. ¿Podría llegar a deducir que no era alguien directamente de su lado? ¿Dejaría de responder entonces?
Frustrado en su habitación pensó que Potter podría no responder más a sus mensajes, ni volver a solicitar su ayuda. ¿Qué debía hacer entonces? No quería dejar de hablar con él.

Ayudarlo, no quería dejar de ayudar, para vencer al Señor Tenebroso. Solo por eso estoy haciendo esto.

En el momento se sonrojó, ¿que estaba pensando? La única razón por la que decidió contactar con Potter en primer lugar era por qué sabía que necesitaba toda la ayuda posible, jamás podría hacerlo solo, mucho menos con su estúpido cerebro Gryffindor.
No tenía nada que ver, claro, que disfrutara tener hasta el mínimo contacto con Potter, definitivamente no.
Aún con extrañas ideas vagando por su mente, sus pensamientos cambiaron de dirección cuando sintió la moneda calentarse en su bolsillo.
Sacó el galeón, y sentado en su cama, leyó el mensaje grabado. Sintió su nerviosismo aumentar, y pensó en una manera, la que fuera, de librarse de aquella situación.
"¿Quién eres?"

Con un Galeón. (Drarry) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora