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Pequeños sollozos salían de entre tus labios notablemente maltratados por los bruscos y salvajes besos proporcionados por Ji-yong; aunque intentabas con todas tus fuerzas esconderlos y no causar ni un mínimo ruido, te era absolutamente imposible.
-Seokjin. ¿Puedes callarte de una vez? Tus llantos me causan dolor de cabeza, estoy hecho mierda por haber consumido tanto anoche, así que callate de un puñetera vez... -No lo gritó. No te gritó como acostumbraba a hacerlo para que guardaras silencio, eso es algo bueno, ¿no?
Hiciste un leve ruidito con tu voz, dando por hecho de qué ya no causarías ningún ruido, porque así sería. Realmente no quieres provocarlo desobedeciéndolo.
-No te quiero cerca de Choi. Creo que ya te lo deje lo suficientemente claro. ¿No? -Pregunto brusco.
Pensaste en responder y claro que lo harías, sino fuese por qué comenzaste a sentir las grandes y varoniles manos de Kwon sobre tu cuerpo, acariciando y tocando todo a su paso.
-Ji-yongiee... Pa-para, por favor. No quiero... -Gimoteaste mientras intentabas alejarte.
Sus toques ya no eran capaces de causarte lo mismo, porque de por si ya no eran cómo antes. Antes esos toques mostraban amor puro, pero ahora lo único que demuestran es deseo, deseo puro y carnal y no se confundan, tú lo amas, pero eso no quiere decir qué te agrade ser tratado de esa forma, sin una pizca de amor, sólo deseo, cómo a un objeto sexual, como un juego con el cual pasar el rato.
Las manos fueron rápidamente retiradas y el peso que acompañaba al tuyo sobre la cama despareció.
-Volveré mañana por la noche y por favor no estés rompiéndome los huevos con tus llamaditas. -Finalizó sin siquiera despedirse, sin un beso o un mínimo abrazo, porque así es su relación, si es qué a eso se le puede denominar relación.
La puerta fue bruscamente cerrada, él se había ido, dejándote sólo, destruido y roto, pero eso ya es algo rutinario en sus vidas. El silencio invadió la habitación, para que unos minutos después fuera roto por tus sollozos, sollozos de puro dolor y agonía, agonía por él, pero por más que sufras todo esa mierda estando a su lado, no eres capaz de dejarlo y dar vuelta a la página, lo has intentando, claro que sí, pero eres jodidamente débil y por ende no lo has logrado, por más que quieras alejarte y ser completamente feliz de una buena vez.
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El primer tono sonó, luego el segundo, seguido de ese el tercero y finalmente el cuarto tono para que la llamada fuese finalmente contestada.
-¿Jinnie? ¿Sucedio algo malo? -Te pregunto un adormilado Seung-hyun.
No lograste retener más tu llanto y explotaste en fuertes y desgarradores sollozos e hipidos.
