Pobre Chico. |Larry Stylinson|

Capítulo XXII

Anime.

—¡Louis! —Vi todo en cámara tan lenta que prácticamente tuve tiempo para agarrar del cuello a ese chico rubio que saltó de la ventana para, literalmente, abalanzarse sobre Louis — ¡Oye, suéltame!

—No —dije, sujetando con más fuerza su camiseta—, no tienes permitido tocarlo.

—Harry, está bien, yo lo conozco. —Louis colocó sus manos sobre mi brazo para que lo suelte, por lo que no tuve más opción que hacerlo.

—¡Louis! —Apenas lo solté se abalanzó nuevamente hacia él, pero ya no pude evitarlo. —¡Me alegro tanto de verte! ¡¿Pero qué haces aquí?! ¡¿Por qué estás aquí?! —De un momento a otro lució alarmado y dirigió su mirada hacia mí.

—¿Qué sucede? —le pregunté al ver su mirada transformarse en enojo.

—¿Por qué estás tú aquí? ¿Crees que no te recuerdo? Seguro sigues siendo ese mismo niño malvado de antes. —Soltó a Louis y se puso en su delante.

—¿De qué hablas? Yo no te conozco. —Sentí un deja vú con esto.

—¡¿Cómo que no?! ¡Tu padre te traía aquí para que jugarás con nosotros! —Me señaló con el dedo, pero yo lo miré confundido—. ¡No puedes no acordarte! ¡Siempre fuiste malo con nosotros! ¡Pero creénos que tampoco queríamos estar contigo, solo lo hacíamos por obligación!

—Quieres parar de gritar, los oídos me duelen —dije, tapando uno—. Pero, sinceramente, no sé de qué hablas, yo vine solo una vez acá y jamás vi a otro niño.

—¡¿Louis, tú lo recuerdas, verdad?! —Se giró desesperado agarrando sus hombros— ¡¿Lo haces, cierto?! ¡No pudiste olvidarlo!

—Yo, lo siento, pero no... no lo recuerdo.

—Ya basta. —Aleje a Louis de sus brazos y lo coloqué detrás míos. Pero ese chico cayó de rodillas al piso.

—No puedo ser el único que se acuerde de todo... —murmuró viendo sus manos— Yo también quiero olvidar... quiero poder irme de este lugar...

—Oye —Vi a Liam agacharse a su altura—, ¿estás solo acá? ¿No hay nadie más?

—No, yo soy el último que queda. Todos crecimos y la mayoría se fue, como Louis. Sin embargo, ya no soy un niño, por lo que dejé de ser útil.

—¿Por qué no te vas de aquí? —preguntó Liam mientras Louis se colocaba a mi lado.

—Porque mi amo viene aquí una vez al mes, y porque estoy atado a este lugar —Levantó la manga de su brazo izquierdo y se mostró un brazalate de metal delgado—. Es como un chip, da mi ubicación, y no se puede quitar.

—¿Tú nos ayudarías? —pregunté al verlo tan derrotado.

—¿A qué?

—¡Es verdad! ¡Podrías testificar en su contra y...!

—No —corté el diálogo de Liam—, podrías emboscar a mi padre cuando vuelva, te daré mi celular y tú grabarás todo lo que hablen, pero debes hacer que diga todo lo que hizo. —Metí mi mano a mi mano a mi bolsillo y saqué mi teléfono para dárselo.

—Yo... yo... —Ahora parecía realmente asustado—. No... no puedo hacer eso... —Negó fervientemente con la cabeza.

—Escucha —Me puse de cuclillas para mirarlo—, ¿no quieres ser libre? ¿Quieres salir de aquí? Entonces, debes ayudarnos y hacerlo confesar. —Agarré su mano y coloqué mi celular en su palma.