Capitulo 00

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Segunda parte



Un golpe tras otro se dirigían con rapidez hacia el cuerpo de una pequeña niña de pelo blanco y ojos azules, que a penas podía detenerlos usando su kosei.

— ¡Agrega mas velocidad Nozomi! —Gritó Yuna Tomeo, el padre de la mencionada mientras esta trataba de cumplir con el pedido, moviendo de un lado a otro el rectángulo compuesto por materia inorgánica que usaba como escudo.

La pequeña lanzó el rectángulo a la cara del mayor, que lo detuvo en menos de un segundo, pero el escudo pasó con rapidez a convertirse en un líquido ardiente que de no ser por los guantes en sus manos, lo hubiera quemado gravemente.

Tomeo, mejor conocido como el héroe número 13, Dark Mood, lanzó el líquido hacia Nozomi quién lo detuvo a escasos centímetros de su rostro, provocando que una gota le salpicara justo en la frente.

— Ese ataque fue... —El héroe profesional quedó aturdido al sentir algo muy pesado impactar contra su cabeza, girándose para quedar justo frente un enorme cubo que logró llevarlo hasta fuera del círculo.

Nozomi cayó sollozando por la herida de su frente y el cansancio de la batalla, llevándola al punto de ver borroso su entorno. El olor a chocolate hizo que extendiera su mano hasta tomar el dulce y devorarlo.

— M-me duele mucho la fr-ente —Murmuró la niña sentada en el piso del gimnasio que les correspondía, el otro era de su madre y hermano; mirando a su padre con un puchero que indicaba que podía llorar en cualquier momento.

— Nozomi, ¿sabes por qué entrenamos tanto y tan duro? —Preguntó con seriedad el hombre, indicándole que lo siguiera hasta el grifo de instalado en la habitación para esos casos.

— Porque... ¿Tengo que ser una heroína del top 10? —Respondió la pequeña un tanto dudosa, aunque mas tranquila al sentir el agua fresca correr por su herida frente.

— Porque tienes que ser una gran heroína. ¿Sabes la razón? —La peliblanca negó—. En Japón se cometen muchas injusticias todos los días, tantas que son incontables. Los héroes somos los que nos encargamos de detener muchos de esos problemas, pero nosotros no estaremos ahí para siempre.

— ¿Por qué no Oto-san? —Preguntó la pequeña de tan solo seis años con ojos curiosos y la cabeza levemente ladeada.

— Salvar la vida de tantas personas pasa factura hija. Muchos héroes no pueden seguir trabajando después de cierta edad; otros se lastiman mucho, tanto que se les hace imposible volver a su labor, y otros simplemente lo dan todo para salvar a los demás.

— Pero, ¿por qué debo ser una heroína?

— Porque cuando los grandes héroes ya no puedan seguir siéndolo, la gente va a necesitar héroes fuerte, con koseis poderosos, y confío en que tú puedes convertirte en una de esos héroes —Terminó Tomeo para despeinar con cariño el pelo blanco de su hija menor.

— ¡Oto-san! ¡Nozi-chan! ¡Oka-san dice que se arreglen y bajen a cenar! —Oyeron el grito de Yuna Kaori, el hermo mayor, por cinco años, de Nozomi, y el primogénito de la familia.

Nozomi dió un par de pasos antes de tambalearse, haciendo que su padre la llevara a su habitación cargada.

— Oto-san... —Llamó con su típica voz baja la niña cuando fue dejada delante de su cuarto—... Yo voy a ser una heroína que detenga injusticias, y una que este ahí cuando la gente la necesite.

— Lo sé —Respondió el peliblanco dedicándole una sonrisa a su hija antes de marcharse.

Diez minutos mas tarde Kaori tocaba la puerta azul del cuarto de su hermana.

— ¿Ya estás lista? —Preguntó el mayor con un poco de impaciencia.

— Ya casi —Respondió Nozomi tomando a su pequeño peluche de conejo, el Señor Patitas, para seguidamente abrirle la puerta a su hermano—. Lo siento.

— Esta bien —Dijo el mayor para empezar a caminar hacia el comedor con su hermanita, vestida con un bonito vestido azul, siguiéndole los pasos.

— Porque... Porque... Yo... —El niño de once años se quedó en blanco, hasta que recordó lo que había sucedido hace unas semanas—, ¿recuerdas a Fuyumi-chan?

— ¿La hermana de Natsuo-kun y Shoto-kun? —El peliblanco asintió.

— Días atrás, en el cumpleaños de Shoto-kun ella estaba triste, pero la hice reír, mucho, y antes de irnos ella me dijo que había sido su héroe —Los ojos azules del mayor se llenaron de brillo—. Quiero borrar la tristeza de la gente, porque si se siente increíble cuando haces sonreír a alguien, no puedo esperar a saber como se sentirá salvarla —Terminó Kaori emocionado, y con una sonrisa justo cuando llegaron al comedor.

Aunque a Nozomi le pareció raro eso de borrar la tristeza; ella siempre se sentía mejor después de llorar un rato cuando alguien le gritaba, le decían cosas feas o se lastimaba. Tal vez, lo que las personas necesitaban no era estar felices todo el tiempo.

— Kaori, ¿por qué esa sonris...? —La mirada azul oscuro de Yuna Yoshiko, mejor conocida como la heroína Levitating, cayó sobre su hija menor, provocando que su rostro se ensombreciera antes de preguntar con voz escalofriantemente calmada— Yuna Tomeo, ¿qué le pasó a nuestra hija en la frente?

— A-amor... Esta-ábamos entren-ando y ella... Yo... —La silla del héroe empezó a levitar bajo la mirada de sus asustados hijos— ¿Cariño?

— Tú lavarás los trastes de la cena, amor; y después volveremos a hablar de tús entrenamientos con Nozi-chan, cariño —Dijo la mujer con calma, mientras hebras azules de su cabello se levantaban. Su esposo asintió rápidamente, ocultando su miedo detrás de una cara de seriedad mientras su silla era bajada con cuidado.

La cena pasó en silencio, con el suave y tranquilo sonido de una versión instrumental de alguna canción que sus padres hubieran elegido. Y en un pestañeo ya estaba siendo arropada por su madre.

— ¿Por qué eres una heroína Oka-san? —Preguntó adormilada Nozomi, frotándose uno de sus ojos azules con su puñito.

— Esa es una historia muy larga pequeña conejita —Respondió la mujer con una sonrisa, tocando la puna de la naricita de la niña por un segundo—. Duerme bien pequeña.

La mujer salió, dejando a la pequeña de tiernos e inocentes ojos mirar el techo azul de su habitación, donde luces amarillas de navidad brillaban con intensidad, hasta quedarse dormida.



Nozomi veía a un punto indefinido de su habitación, para luego sonreír. Amaba a su familia y adoraba pasar tiempo con ellos, riendo de las bobadas de su hermano mayor y las mini-competencias entre sus padres; sin duda ella nunca se sentiría sola si los tenia a ellos.


Capítulo 00: Yuna's Family

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