—Bueno, él efectivamente se ha asegurado de que no pueda irme —Hermione dijo amargamente—. No ha terminado conmigo y eso va a ser un problema con cualquier plan futuro.

—¿Está enamorado de ti? —Connie preguntó y fue el turno de Hermione para resoplar.

—Por favor, es Draco Malfoy de quien estamos hablando. Debe haber imaginado que mi pequeña escena en el club fue para forzar su mano y no está contento con eso. Esta es la venganza perfecta.

—Aun así, es bastante extremo —Connie dijo con incertidumbre. Hermione sabía que Connie sospechaba de sus acciones e intenciones, pero no había mucho que pudiera hacer para convencerla.

—No va a estar feliz hasta que esté suplicando de rodillas para que él me tenga de regreso, para que pueda arrojarme un par de knuts antes de decirme que me vaya a la mierda. Eso es lo que quiere, la humillación total.

—Tal vez —concedió Connie—. Si eso es lo que se necesita, entonces tal vez eso es lo que tendrá que suceder.

—Preferiría morir de hambre.

—Nada ha cambiado —Connie replicó, exasperada—. Ustedes siguen jugando el mismo juego de antes que todo esto comenzara.

—En realidad esto se remonta mucho más atrás —Hermione admitió—. Tenemos una larga historia.

—Eso se repite constantemente —Connie dijo—. ¿Te irías si pudieras?

—Sí.

—¿Estás segura? —indagó Connie—. Parece que hay algunos asuntos pendientes aquí.

—Y probablemente nunca se terminarán—Hermione dijo, sin saber realmente lo que estaba admitiendo.

—Bueno, no podemos seguir adelante con el señor Merrimen. Draco los separará. ¿Y ahora qué? —Connie preguntó.

—No lo sé —Hermione dijo con un suspiro.

Durante un par de días Hermione reflexionó sobre lo que tenía que hacer. Draco efectivamente había arruinado sus planes; una vez más, la tenía atrapada. No podía irse y no podía seguir con su vida. Intentó todo lo que pudo para descubrir los hechizos que le había puesto, pero su varita no serviría de nada.

Estaba sola en el apartamento, Edna había ido a visitar a alguien. Su estado de ánimo no reflejaba el día soleado que tenían. Un golpe en la puerta interrumpió sus pensamientos. Ella fue a abrir, completamente desconcertada de quién podría ser.

—¡Ron! —exclamó sorprendida al abrir la puerta.

—Mione —dijo en voz baja. Hermione estaba molesta porque usó tal apodo—. ¿Puedo entrar?

Hermione vaciló por un momento, luego abrió la puerta para dejarlo entrar.

—Sí, puedes hacerlo.

Ella no tenía idea de por qué estaba allí, en realidad, en lo que a ella concernía no tenían nada que decirse.

Parecía incómodo. Era bastante alto para estas pequeñas habitaciones. Estaba bien vestido, mucho mejor que lo que estuvo en Hogwarts, obviamente, gracias a la influencia de Pansy.

—Te ves bien —él dijo.

—Estoy bien —respondió Hermione. Estuvo en silencio por un momento—. ¿Por qué estás aquí?

—Lo siento, por cómo salieron las cosas —dijo después de un rato.

—Eso es genial, Ron —ella expresó con una sonrisa tensa, esperando haber dicho lo que pretendía y ahora podría sacarlo de su apartamento. Ahora no estaba interesada en sus disculpas, esas debieron llegar hace mucho tiempo.

Absolutamente despreciableWhere stories live. Discover now