Chapter 10

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a camnz y esta historia fue beteada por Flame's Child.

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Hermione se mudó a Grimmauld Place al día siguiente. Edna y Delia estaban suspirando con aprobación. Ahora cada una tenía su propia habitación, además una cama y baños adecuados. Una cocina abastecida con comida.

Habían quitado de la casa cualquier objeto que no fuera alguna reliquia o muebles de la familia Black. Las cosas de Harry habían desaparecido hacía mucho tiempo, al igual que las cosas de Sirius. La falta de vida en la casa era casi tangible, las chimeneas luchaban para combatir el frío que había reinado en la casa durante varios años.

Cada esquina guardaba recuerdos de mejores días. Especialmente la cocina, que había sido el lugar de reuniones en la casa cuando fue el Cuartel General. Hermione eligió quedarse en la habitación que fue de Harry. Se preguntaba si alguien había dormido en la cama además de Harry. No podía imaginar a alguien quedándose en la casa desde su muerte. Trató de ver si podía encontrar el aroma de Harry en las sábanas, pero estaban completamente limpias y carentes de cualquier esencia humana.

Mudarse a Grimmauld Place fue triste. Le recordó un tiempo diferente, una vida diferente. Un momento en el que todavía tenía fe en el mundo en el que vivía. No estaba segura de en qué creía ahora, ciertamente ya no era tan inocente.

Draco fue fiel a su palabra y no la molestó hasta el día siguiente. La llamó temprano y tuvieron sexo en el sofá de la sala. Draco tenía resaca y Hermione había aprendido que la resaca parecía excitarlo. Tal vez era una suposición errónea, ella pensó, siempre tenía resaca y siempre estaba excitado, no necesariamente esos dos estados estaban vinculados.

Sin avergonzarse, él se deleitó con su cuerpo y con lo que estaban haciendo. La concentración de Draco era absoluta. Hermione observó cómo los músculos del cuerpo masculino se tensaban por el esfuerzo. Él tenía un cuerpo hermoso, no había partes con grasa acumulada en él, lo que era increíble teniendo en cuenta el estilo de vida que llevaba. Él gruñó mientras llegaba al orgasmo, arqueándose hacia ella mientras la sostenía con fuerza de las caderas.

Pareció completamente exhausto después, su cabeza cayó y sus ojos se cerraron.

—Quédate aquí hasta que regrese de la cena —dijo después de un minuto cuando finalmente recuperó el aliento—. No creo que pueda sobrevivir a esta noche sin asesinar a alguien si no tengo esto al volver.

Hermione asintió, feliz de no tener que ir con él.

—Bien, pero después de que regreses, me voy a casa.

—Pasa la noche conmigo —él dijo, todavía dentro de ella. Hermione trató de alejarse, pero él la mantuvo donde estaba.

—Sabes que necesito cuidar a las ancianitas.

—Enviaré a uno de los elfos a cuidarlas.

—No —dijo ella—. Son mi responsabilidad.

Él la miró. Ella se retorció con más fuerza, haciendo que fuera obvio que lo quería fuera. Aun así, se mantuvo en su lugar. Lentamente comenzó a moverse dentro de ella de nuevo, poniéndose duro con la fricción. Hermione podía ver que estaba enojado. Tan pronto como estuvo listo para otra ronda, la bajó del sofá y la situó en la alfombra donde se adentró en ella con más fuerza de lo normal.

A Hermione no le importó, no estaba sorprendida. De alguna manera parecía más auténtico. Y era casi... sexy. Draco estaba temblando por el esfuerzo cuando finalmente llegó, empujando en ella con fuerza. Hermione nunca se creyó ser el tipo de chica a la que le gustaba lo rudo, pero tenía que admitir que había algo atractivo en el sexo enojado.

Absolutamente despreciableOnde histórias criam vida. Descubra agora