Seo Police -> Changlix

10

—Aquí es.—habló Woojin mientras dejaba al pelinaranja frente a una puerta de acero, que lentamente se abría sola.

Ésto más que una cárcel parecía una casa del terror escondida detrás de un cartel falso lleno de arcoíris y miles de Seocitos.

Entró a paso lento al cuarto y visualizó un teléfono tipo ladrillo que estaba parado en una pequeña mesita cuadrada, y al lado, un pequeño banquito circular. Caminó hasta llegar a ellos y se sentó en el banquito a la vez que tomaba el teléfono entre sus manitos.

—¿Hola, Brittany?—preguntó Felix esperando una respuesta.

—Jeongin estúpido.

—¡Oh! ¡Hola Jeongin estúpido!

—Si serás imbécil.

—¡No sabes lo que pasó! -chilló Felix.

—Qué te pasó ahora, mujer...

—Se la chupé al oficial.

—¿Que tú qué?

—Que le metí la lengüita a su golosina.

—¡Habla bien perra estúpida, que yo no te eduqué así!

—¡Que me comí su salchichón!

—¿No pudiste esperar al menos?

—¿Esperar? No bebé, su pene me llamaba.

Jeongin quedó en silencio un tiempo antes de contestar.

—¿Los penes hablan?

—Hmm, se puede decir que sí.

—¿¡En serio!? ¿Cómo es que no me enteré?

—Fácil amiguito, es porque eres estúpido.

—Bueno, Lix, te hablé para preguntarte algo importante.

—Ya te dije que no sé dónde dejé tus galletas la última vez.

—Okey, ahora a la otra pregunta.

—Rapidito que debo ver a mi hombre.

—¿Cuánto debes? Me dijeron que para sacarte debo pagar algo, no escuché mucho porque me estaba arreglando las uñas y eso...

—Según mis magníficos cálculos, son $150.

—No te duermas hoy, quizá le pida a Hyunjin.

—¿Hyunjin?

—¡Sí, el chico que conocí y pensé en presentártelo! Bueno, debo irme, se me está quemando el pan.

—Adiós Jeongin.

—Posiblemente tarde en convencerlo, pero lo haré de alguna manera, adiós!

Luego de eso, la llamada finalmente se cortó.
Se sentía afortunado de tener un amigo tan raro como Jeongin.
Saldría finalmente.

Pero extrañaría el caramelo de Seo, tenían privacidad ahí en la celda, qué lástima.

Pero su plan de conquista no terminaría, claro que no.

Salió de la sala y Woojin le tendió el brazo, invitándole a que se abrazara a él como esas abuelitas amigas chismosas que caminaban juntas mientras se contaban las desgracias de las otras personas. Y caminando de esa manera, Woojin habló;

—Sé lo que hicieron.—Felix con esa sola frase se puso realmente nervioso.

Aunque WooJin no se veía una persona acusadora, tenía que tener cuidado.

—¿Que hicimos qué?—preguntó Felix, haciéndose el que no sabía nada de nada.

—Pequeño Felix , sé que le chupaste el pito a mi niño.

—Oh...

—Sí, "oh" es lo que se escuchaba.

—¿¡Se escuchaba!?—preguntó nuevamente Felix, esta vez elevando un poco el tono de su voz.

—¡Claro que sí! Gracias a Dios el ermitaño de Bang estaba completamente dormido.

—Oh Dios mío...
—Eso también decía...

—Calla, no lo recuerdes.

—¿Por qué no, Lixie? —interrogó Woojin.

—Porque me pongo caliente y luego no me quiere atender. ¿Sabes lo difícil que está siendo mi vida ahora? —respondió Felix mientras hacía un leve puchero.

—Claro... hey, Lixie, nuestro grupo tiene una mesa para comer en el patio donde están los presos, esos tórtolos deben ser vigilados. No has comido desde que entraste...

Inmediatamente se le vino a la cabeza el pene de Changbin y pensó; "oh, claro que he comido"

—¿A qué vino eso, princesa?

—¿Te parece si nos acompañas a comer luego?

—Ya deberías saberlo. ¿Pero Chris Hyung no se molestará con ustedes?

—Oh, si lo pides cuando él recién se despierta te responde con un "sí, sí"... Así que no te preocupes.

—¡Fantástico! —chilló nuevamente el pelinaranja.

—Sí, pero no hagas nada raro.

Y allí el sueño de sentarse en las piernas de Changbin y bailarle se fué a la basura.

—Uy así qué chiste.

—Ya, ve a la celda y si te encuentras con Seungmin, dile que necesito hablar algo con él en privado. Gracias Felix.

—Claro...

Se despidieron con dos besos en ambas mejillas, como si fueran mejores amigas desde hace buen tiempo, y tomaron caminos diferentes; Felix a la celda y Woojin se fué a joder a su jefe.