Capítulo 33

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Megan

La situación en la mansión me preocupaba, la familia todavía no había elegido un nuevo sucesor para que reemplazara a Adrianno a pesar de que ya habían pasado dos semanas desde que habíamos regresado. Es como si disfrutaran discutiendo todo el día, ellos simplemente se sentaban durante horas en la biblioteca mientras que del verdadero trabajo duro se encargaba Sylvia.

Para mí, la solución a todo ese problema sin sentido era evidente y me parecía ridículo que ellos no fueran capaces de verlo, pero nadie me preguntaba mi opinión así que me limitaba a mantener la boca cerrada. Aunque tenían una relación cordial y educada en mi presencia, la mayoría de los integrantes de la familia estaban resentidos conmigo porque consideraban que no había hecho lo suficiente para ayudar a Adrianno.

La noche que anunciamos la noticia por mi embarazo, sólo instaló un breve momento de armonía y lealtad entre los Gabbana, pero una vez que despertaron a la mañana siguiente todo volvió a la normalidad, los sentimientos de la noche anterior se esfumaron como el viento. Seguían felices por la ilusión de un bebé en camino, pero cuando me miraban, ahora además recordaban lo que había hecho y su sonrisa se desvanecía.

Me habría gustado apoyarlos, formar parte activa del debate para nombrar a un nuevo jefe de la mafia, pero ellos jamás me permitirían participar en ese círculo. Por otro lado, yo tampoco quería molestar, se trataba de una instancia demasiado íntima donde mi opinión no era necesaria. La familia tenía que deshacer este enredo entre ellos y nombrar a una persona pronto.

Es verdad que yo también pertenecía a los Gabbana, pero me había convertido en un integrante más por matrimonio. Quien realmente tenía que estar ahí era Cristianno, era su deber como uno de los hijos de Adrianno. Mientras yo llevara a nuestro hijo en el vientre, tenía otras cosas más importantes de las que ocuparme.

Desde siempre he sido muy responsable, por lo tanto ahora eso no era diferente. Para prepararme para el embarazado, no sólo había comprado varios libros para empezar a aprender sobre el tema ya que era una completa ignorante, sino que ya había terminado varios de ellos en tiempo récord.

Apilaba mi colección en la repisa junto a la cama, junto a una libreta donde escribía información que creía que no debía olvidar. Mi horario preferido para leer era en la noche, principalmente porque era cuando había más silencio en la mansión y los gritos de la familia no me podían desconcentrar.

Le había entregado un libro a Cristianno para que también estudiara y viviéramos este proceso juntos, pero cada vez que se sentaba a leer en la cama a mi lado, se quedaba profundamente dormido con el libro abierto

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Le había entregado un libro a Cristianno para que también estudiara y viviéramos este proceso juntos, pero cada vez que se sentaba a leer en la cama a mi lado, se quedaba profundamente dormido con el libro abierto. Avanzaba un par de páginas pero el sueño finalmente lo vencía.

No podía culparlo, estaba muy cansado luego de lidiar con sus hermanos, tíos y abuelos durante horas. Cualquier otra persona se molestaría con su actitud, pero a mí me divertía, era lo más tierno del mundo. Al menos lo intentaba, sólo por eso ya me sentía orgullosa. Se tardaría en terminar el libro, pero sabía que tarde o temprano lo leería completo.

Ahora y siempre (ASP #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora