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El hombre gozaba la vista de Milenio, ya tenía su plan maestro para destruirlo junto con su amada princesa, sus sirvientes detrás de él estaban de rodillas esperando órdenes del Señor de la Oscuridad.

-Escuchen bien los cuatro, este frasco contiene lixir oscuro, rocien esto en la barrera y podrán pasar- dijo mostrando el contenido del frasco.

-Pero señor es imposible, ninguna magia puede con esa barrera- dijo la rubia.

-Lo sé, este lixir debilitara la barrera por 30 segundos, lo que les dará suficiente tiempo para pasar, traigan a la princesa ante mí.

-Si señor- haciendo reverencia se retiraron con el frasco directo a Milenio.

Al llegar al límite derramaron el lixir en la barrera y está se debilitó como su amo se los dijo, cruzaron escabullendose entre arbustos y llegar directo al castillo, para ellos fue fácil burlar a los guardias y adentrarse en el palacio.

-Tardaremos en encontrarla, es enorme. - comentó el rubio.

-Esto no era lo que tenía en mente, separemonos abarcaremos más territorio.- ordenó la castaña a lo que los cuatros asintieron separándose.

Recorrieron casi todo el castillo, la castaña iba pasando por un jardín donde pudo observar a los cuatro caballeros pero no había rastro de la princesa, cuando intentó irse, estos hablaban sobre los dones de la princesa, no sabían que tan fuertes eran o si tenían un límite, ella nunca los uso por miedo y aunque intentaron ayudarla solo hacía algunas pruebas.

Esto puso feliz a la castaña ya que podrían llevarse a la princesa sin ninguna dificultad pues esta no podría rehusarse tanto y sería un blanco fácil, siguió su camino en busca de la princesa hasta reunirse en el mismo punto con sus compañeros.

-¿La encontraron?

-No, revisamos en todos lados pero no hay rastro de ella.

-Esto es el colmo. - dijo tirando su cabello la rubia- ¿que haremos ahora?

-Tal vez sus caballeros la ocultaron porque descubrieron nuestros planes- dijo la castaña.

-Bien, los interrogaremos.

Los cuatro se dirijieron al jardín trasero donde encontraron a los jovenes conversando, cuando atacaron por sorpresa con una explosión a su espalda.

-Te dije que te iba a quitar esa sonrisa arrogante.- dijo la castaña.

Heros sonrió levantándose lentamente y lanzando aros sobre su cabeza para atraparla pero está lo noto moviéndose con agilidad para no ser atrapada. Claro que no iba a perder tan fácil, sacando su espada se dijirio a la castaña fundiendose en una pelea todos cuepo a cuerpo.

(...)

Adelaide estaba debajo del árbol donde había encontrado a Desmond semanas atrás, meditaba sobre sus poderes, su madre siempre le dijo que era especial por tener tales dones, pero ella jamás los uso después de herir a sus amigos, igual todos se esforzaban para ayudarla con sus dones.

Por eso estaba ahí, decidió practicar con sus dones en ese lugar tranquilo sin nadie al cual herir, observó que el árbol tenía algunas ojas verdes sin congelar, al tocarlas estas se congelaron al instante, sin darse cuenta había usado su don al querér ver el árbol adornado con nieve y hielo.

Segundos después escucho un alboroto en el palacio por lo que salió de su escondite para observar a los chicos luchar con Red Moon. Estos al verla intentaron acercarse pero sus caballeros no se los permitieron.

-Adelaide quiero que vallas a refugiarte- dijo Desmond mientras luchaba con el rubio.

-No puedo dejarlos!

-Hazlo! Es una orden. - dijo echándole un vistazo de reojo.

-Aunque se esconda nosotros la encontraremos donde sea que esté. - dijo con una sonrisa burlona.

Al ver que la princesa corría para refugiarse el pelinegro lanzó una explosión cerca de ella haciendola caer.

-Pagarás por eso- dijo Desmond con ira, golpeando al pelinegro haciéndolo caer, aprovechando corrió hacía la princesa.

-Adelaide! Hey mírame- dijo sosteniendola en sus brazos.

Abriendo sus ojos lentamente miró a su amigo sonriendole por ver que estaba bien.

-Entregala- la castaña estaba a un lado de ellos- anda, entregármela.

-Estas loca si creés que te la daré.

La mujer atacó a Desmond haciendo que este soltara a la princesa, él se levantó rápidamente para combatir cuerpo a cuerpo con ella, sus ataques eran buenos pero Desmond era más ágil, al ver la pelea entre ambos la castaña lanzó una esfera de luz haciendolo caer.

Adelaide al ver que la rubia iba a dar el golpe de gracia hacia Desmond se levantó y se interpuso entre ellos haciendo que el golpe fuera para ella. Al caer está también la barrera, se había desvanecido por el golpe que recibió.

-Nooo! ¿Qué has hecho? - la rubia no podía creerlo, el señor de la Oscuridad le daría un castigo de seguro- pagarás caro.

La rubia palidecio al ver que los ojos de aquel joven eran de un azul muy brillante, de pronto la tierra comenzó a temblar y se levantó con la rubia sobre esta, la tierra se la trago y su compañeros al ver la escena corrieron a ayudarla, cuando lograron sacarla revisaron que estuviera viva para comenzar a retirarse.

-Esto no queda aquí- gritó la castaña para después retirarse.

Los chicos se reunieron con Desmond quien sostenía a Adelaide entre sus brazos, intentaron ayudarlo pero este no se los permitió. Dejó a la princesa en su cama mientras la miraba.

-Adelaide estoy aquí, perdoname no pude protegerte como debía- dijo mientras se arrodillaba a su lado- perdoname.

Pero no recibió ninguna respuesta a lo que decidió ir a entrenar para no pensar y esperar a que despertará.

Debajo de un árbol de espinas, me enamoréWhere stories live. Discover now