Debajo de un árbol de espinas, me enamoré

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Frío era todo lo que se podía sentir, la princesa tendida en el frío concreto, miraba en todas direcciones pero todo lo que aparecía en su campo de visión era oscuridad y solamente donde ella se encontraba había luz, quería saber que pasaba pero una fuerza no la dejaba levantarse.

(¿Hola?) pero lo único que recibió fue su eco en la oscuridad, después de unos segundos escuchó susurros a lo lejos y se acercaban a ella, al principio no entendía nada pues todas las voces hablaban al mismo tiempo y asustadas, (no debe estar aquí ) decían y otras intentaban pasar hacía ella pero la luz que había sobre ella no se los permitía.

(Red Moon irá por ella) Adelaide sintió un escalofrío en su nuca que recorrió todo su cuerpo en poco tiempo, ya había escuchado hablar de Red Moon, eran los rebeldes que se revelaron contra Milenio y sin piedad atacaron al reino pero su madre pudo sellarlos para salvar a Milenio dando su vida a cambio de la paz.

(¿Quienes son?) preguntó la princesa con su corazón en la garganta, apenas podía hablar del miedo que sentía (no cruces el límite) la chica siempre sintió curiosidad de ¿qué había al otro lado del límite Pero siempre sus amigos le habían prohibido cruzarlo, decían que era muy peligroso y a ella no le molesto nunca, hasta el día anterior cuando vio a la sombra cerca del límite invitándola a ir con ella.

(No te acerques) todas repetían lo mismo sin parar y de pronto silencio, la princesa se atrevió a mirar en la oscuridad encontrando unos ojos escarlata frente a ella, Adelaide sólo quería salir corriendo de esa pesadilla, esos ojos la aterraban, no sabía el por qué pero no le importaba, simplemente no quería seguir viendo esos ojos.

A lo lejos de escuchaban pasos y los ojos escarlata se elevaron comenzando a estar cerca de ella, Adelaide no podía respirar mientras miraba como se acercaba, cuando los tuvo demasiado cerca, contuvo el aliento cuando se posicionaron a su altura, a través de la sombra salió una extremidad con garras y esta si podía pasar a la luz, cuando estuvo a punto de tocarla, la princesa comenzó a gritar desesperadamente.

Adelaide se levantó aterrada y frente a ella estaban los ojos azules de Desmond, en ese momento soltó en llanto sobre el pecho del chico, no le preguntó nada sólo la dejó desahogarse hasta que estuviera tranquila. Cuando estuvo seguro de que se había tranquilizado se atrevió a preguntar.

-¿qué sucedió?- Desmond sabía que Adelaide tenía visiones pero no eran malas- fue muy confuso- hizo una pausa- estaba oscuro y frío, luego escuche susurros que me advertían de no cruzar el límite y después apareció esa cosa de ojos escarlata y intentó tocarme pero desperté y ya no supe nada.- dijo acostada en las piernas del chico mientras el acariciaba su larga melena negra.

-ya paso, sabes que no dejaré que nada te pase.- ella asintió tranquila abrazando a su amigo y quedándose dormida en poco tiempo- es una promesa- susurro el chico.