07

850 93 41
                                    

Baz

Snow me esta viendo con furia. Pero aún así, me suelta, y se aparta de mí.

-Bien. A comer pues.-Me escupe, literalmente. Siento las gotitas de saliva sobre la mandíbula.

Estoy tan perturbado que se me cruza por la mente la idea de limpiarme con la lengua. No lo hago. Snow me da la espalda y va a sentarse en los cojines que ayer dejamos sobre el suelo.

Me sorprendo un poco al ver la comida ya ahí. Seguramente llegó cuando estabamos discutiendo. Snow ya está sentado, y come mirando a su plato solamente. Me siento, y no puedo evitar sentir como la atmósfera ha cambiado mucho en comparación de hace apenas unas horas.

Ayer, casi se sintio como si fuéramos amigos o una pareja, incluso. Fue doméstico. Guardé la esperanza de que, tal vez, podriamos dejar nuestras peleas de lado.

Como en silencio. Sé que Snow está enojado conmigo, por no decirle inmediatamente qué es lo que me pasa. Y probablemente ésta esta la primera vez que lo vei comer sin entusiasmo.

Su poco animo, sin embargo, no mejora sus modales de simio. Se lleva la cuchara de avena a la boca y esta le cae por las comisuras de los labios, haciendo que se manche un poco.

La avena blanca se escurre casi hasta el borde de su mandíbula, y mi mente no puede evitar imaginar que es otra cosa por un segundo. Oh Crowley, gracias por esta visión.

De pronto sostengo en la mano el mentón Simon. Él se queda congelado; aprovecho su confusión para pasar mi pulgar por su barbilla, "limpiandolo", rosando ligeramente sus labios en el proceso.

Dejo mi pulgar presionado contra su boca por unos segundos. Es suave y cálido. Tan vivo...

-Perdona-digo bajando mi mano-tenías una mancha.

Snow se sonroja. Ahora son sus propios dedos los que buscan sus labios. Lo escucho murmurar un gracias por lo bajo.

Si hubiera tomado sangre recientemente, tendría la cara pintada de rosa, así como las mejillas de Snow. Me siento avergonzado por dejarme llevar, pero al menos, él ya no me mira con desprecio, y no reusa mi mirada porque esté enojado, si no porque, tal vez, tenga vergüenza.

Cuando acabamos de comer, Simon me mira fijamente. A diferencia de cuando me tuvo contra la pared, esta vez el enojo no los llena. Sus ojos son... solo azules, pero me hacen perder la cabeza.

-Tienes unos ojos hermosos, Snow.

Él vuelve a evitar mi mirada.

-Estás delirando.-me dice, mirando a otro lado. - ¿Ya vas a contarme que te pasa?

Miro al suelo. Y en este instante, me arrepiento profundamente de haberle dicho que le iba a contar. Pero cualquier excusa que le diga no la va a creer. O al menos, no del todo. Él parece odiarme menos ahora. Y quiero que así siga siendo. Tengo miedo de que, cuando le diga, piense que soy un monstruo.

-¿Y bien?

Sé que entre más lo alargue, Snow se va a enojar más conmigo. Ya tiene los brazos cruzados, y la mirada dura. Respiro ondo. Dejo salir de mi boca lo que nunca pensé que le contaría a alguien.

-Lo que pasa es que... No he salido a cazar desde que empezó la cuarentena. Me entiendes, ¿Verdad?

Ahora a esperar mi sentencia de muerte.

Simon

Tardo unos cuantos segundos en procesar lo que ha dicho Baz. Intento patear de mi cabeza la imagen de él con chaqueta de cuero y pieles de animales con un rifle. Porque esa caza no es a la que se refiere.

Entonces, la idea me pega, y se queda rebotando en mi cabeza. Baz, sí es un vampiro. Como he estado diciendo hasta el cansancio estos años. Por un segundo, la mera idea de saber que yo, Simon Snow, dedujo algo bien, incluso antes que Penny, me pone de lo mas contento.

Pero luego caigo en cuenta de que: Estoy con un vampiro, sólo, él cual no se ha alimentado por lo menos por una semana, y de que, soy la fuente más cercana de comida quetiene a la mano.

Trago saliva y noto como sus ojos se posan en mi garganta. Me llevo una mano al cuello, como si eso fuera a ayudarme.

-Di algo por favor...-Baz dice.

Tiene la cabeza gacha y voz temblorosa. Y al verlo así, todo el miedo que experimenté de repente se va. Frente a mi no tengo a un monstruo o a un villano. Sólo es un chico, bravucón eso si, pero que esta tan asustado como yo mismo.

Estiro mi mano, y agarro la suya. Se siente fría, pero la sostengo firmemente. Se tensa, luego siento sus dedos enredarse con los míos. Sus uñas están algo azules.

Gracias por decirmelo

Él asiente, pero no suelta mi mano. Ni yo suelto la suya. Parece algo... perdido. Aprieto más mi agarre, el me responde con la misma fuerza.

Baz, su mano, es lo único que me importa en este momento.

Entonces, se abre la puerta.

........................................................................

¡Hola!

Aqui HeadlessAngel de nuevo (?)

Antes que nada, hedwigSolangelo2610 y yo queremos darles las gracias por el apoyo que le dan a esta historia. Y por su paciencia

Esperamos que esten bien, y que se estén cuidando mucho. Recuerden hacer sus tareas online uwu y laven sus preciosas manitas. Also, desinfectar sus teléfonos

¡Hasta el próximo capítulo!

Ciao!

Odio y amor en los tiempos del Coronavirus Donde viven las historias. Descúbrelo ahora