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Simon

Ayer, por primera vez en ocho años, Baz y yo nos sentamos a comer en la misma mesa. Bueno, es un decir, ya que comimos sentados en el suelo. Aun así, fue muy agradable compartir con él ese momento.

Me siento en la cama, tallándome los ojos. He estado por horas así, despertándome y volviéndome a dormir.

Sé que es tarde. No falta mucho para que amanezca, así que no tiene sentido que vuelva a dormirme. Incluso entre las cortinas de la ventana se puede ver el vago intento del sol por salir

Inconscientemente, volteo a ver a Baz. Esta dormido, me sorprende lo calmado y casi inocente que se ve. Muy diferente a cuando esta despierto y me insulta cada vez que tiene oportunidad.

A pesar de como me trata, de como solemos actuar el uno con el otro, no pude evitar sentirme realmente preocupado por él cuando lo vi salir. ¿Y si lo castigaban? O, peor aún ¿Qué iba a hacer yo si acaso él llegaba a contagiarse?

En condiciones más comunes, Baz saliendo de nuestra habitación seria una bendición para mi. Ahora es casi una pesadilla.

Al principio, traté de mantener la calma y esperar lo mejor de la situación. A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de que la falta de presencia de Baz me causaba una ansiedad enorme.

Suena irónico, ahora que lo pienso....

Cuando lo oí entrar por la puerta, después de que él había pasado un día entero lejos... Simplemente me deje llevar. Ni siquiera sabía que lo había extrañado hasta que   volvió. Tal vez así me sienta cuando vea de nuevo a Penny, o a Agatha.

Al recordar tan repentinamente a Agatha me pone incómodo, e incluso, culpable. Ella y yo nos dimos un tiempo después de unos malentendidos, justo antes de que esto comenzara. Lo que pensaba los primeros días era en que, cuando todo esto acabara, la volvería a ver, y que arreglaría las cosas con ella. Ahora, un sentimiento vagamente parecido a culpa me inunda por acordarme recién de ella.

Ni siquiera tiene compañera de habitación, así que está completamente sola, tal vez experimentando la misma soledad que me inundó a mi ayer sin la presencia de Baz.

Baz se revuelve en las sábanas, haciendo que regrese mi atención a él. Está empezando a entrar más luz en la habitación, e inmediatamente noto que esta pálido. No su pálido usual, de piel sin broncear, si no un pálido que indica que algo no esta bien.

Veo como abre los ojos y parpadea rápidamente, intentando acostumbrarse a la luz. Cuando hace intento de pararse, se sujeta rápidamente de su buró, tambaleándose. Creo que no me ha visto despierto, ya que gruñe mientras se agarra la cabeza.

Camina al baño, con la mano aún en la cabeza, y no puedo evitar pensar en que (tal vez) Baz realmente esta enfermo. Ni siquiera se molestó en lanzarme algún insulto.

Espero hasta que él sale del baño. Al menos, esta más arreglado.  Su cabello peinado no combina con su cara. Se ve como si no hubiese dormido en días, no porque tenga ojeras, si no que se ve mal.

No es el Baz Pitch que conozco. Y eso me preocupa.

Él parece por fin reaccionar, y se percata de como lo estoy mirando fijamente.

—¿Me extrañaste tanto ayer que no puedes dejar de verme, Snow?

No respondo, y él solo me lanza una mirada de fastidio.

Me levanto, y antes de que Baz pueda reaccionar, ya lo tengo sujeto contra la pared. Intenta zafarse, y comúnmente, podría hacerlo fácilmente. Pero mis sospechas son ciertas, ya que apenas y responde con la mitad de fuerza que de costumbre.

—Estás enfermo, ¿No es así?

Se queda callado, lanzándome maldiciones con la mirada. La poca diferencia de altura es suficiente para que me mire con desprecio hacia abajo. Su falta de fuerza y su aspecto desmejorado no lo ayudan en su fechada de hacerse el fuerte.

—Solo es un resfriado Snow, deja de joder—me responde.

No es así. Esta vez, no dejaré que Baz se salga con la suya

—¿Entonces porqué no has estornudado o tosido?— Él parece titubear por un segundo, pero sé que no me la va a dejar fácil.

—¿Tanto te preocupo Snow? ¿Vas a prepárame una sopa caliente, darme medicinas y esperar a que me cure?— levanto mi cara, dejándola mas pegada a la suya.

—Si Baz, ¿También quieres que te cante para dormir y que te de un beso de buenas noches?—aprieta la mandíbula, lo estoy desesperando—Dime que mierda tienes o llamaré al Hechicero, y él no tardara ni un segundo en hacerte pruebas médicas.

Me mira con dureza un momento, probablemente midiéndome, inspeccionando que tan en serio estoy con mi amenaza. Estoy seguro de que parezco un lunático total,  solo suelta un suspiro exasperado y murmura por lo bajo.

—No vas a llamar al Hechicero. No te atreverías a decir que viste a un posible sujeto infectado y que lo aprisionaste contra la pared hasta que confesara la enfermedad en vez de alejarte.— él tiene un punto.

Lo dice con tanta confianza que incluso  disminuyo un poco la fuerza con que lo sostengo. Sólo unos segundos, después  aprieto mi agarre, y él hace una mueca.

—¿Y a quién le va a creer? Solo soy una víctima de tu salida ayer... La cual, pasaste por algunas horas el tiempo permitido. Y sabes el castigo de eso.—Baz lo acepta.

Sabe que el encierro ya me volvió lo suficientemente loco como para arriesgarme a quedar completamente aislado dos semanas para observar si tengo síntomas.

El traga fuerte, su manzana de Adán subiendo y bajando notablemente.

—Maldito hijo de puta... si eso es todo lo que quieres saber te diré. Pero déjame comer el desayuno primero.

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¡Hola! Aquí hedwigSolangelo2610 Este capítulo ha tardado poquito más de lo usual, ya que hemos tenido algunos asuntos personales HeadlessAngel y yo, pero esperamos que les haya gustado, y que haya servido para distraerlos poquito del encierro <3

¡Recuerden cuidarse mucho!

Hasta el próximo cap~


Odio y amor en los tiempos del Coronavirus Where stories live. Discover now